Un US Open de falsas apariencias
Deportes
Erin Hills, un campo largo y ancho, y con peligros que la organización rebajó estos días, recibe a Sergio García tras su primer Masters y a un Jon Rahm optimista
15 Jun 2017. Actualizado a las 13:17 h.
Un campo de golf es un ser vivo. Cambiante según la época del año, las condiciones meteorológicas, el mantenimiento... Los 7.143 metros del recorrido de Erin Hills, en el corazón de Wisconsin, lo definen como largo, pero el viento lo acorta con frecuencia. El diseño se defiende sin árboles. Porque su perfil ondulado, su rough intimidador y su distancia ya enfrentan al jugador a un examen interesante. Pero sus calles anchas permiten ciertas licencias, y el campo deja también espacio para la creatividad. Un recorrido hasta cierto punto prototípico del US Open, que comienza hoy (Movistar Golf, 19.00), pero también agradecido. Nada es al final lo que parece en un campo que recibe por primera vez un grand slam. Así que durante los últimos días la organización, la federación de golf de Estados Unidos (USGA, sus siglas en inglés) ha ido midiendo el grado de dificultad que elegía para este año. Y terminó segando parte del rough de las calles 4, 12, 14 y 18 de este recorrido trigueño, lo que parece una herejía en el major de juego más difícil.
Dustin Johnson, pegador como pocos y ausente en Augusta al caerse por unas escaleras la víspera del Masters, parte como uno de los favoritos. El US Open que ganó el año pasado significó el debut de Jon Rahm en un grand slam. Doce meses después, ya aprovecha su experiencia para tomarse todo con más calma. Por eso no viajó hasta el lunes a Erin Hills ni se machacó a rondas de entrenamientos. Apenas nueve hoyos por día, para comprender el campo y mantener la frescura antes de competir.
Las enseñanzas de 18 años disputando grand slams le valieron a Sergio García para ganar su primer Masters. Sucedió hace un par de meses. Y la confianza que debe darle esa victoria en Augusta surge como su principal credencial en Erin Hills. Por el campo pasea feliz Rahm, siempre al ataque, positivo, entusiasta. Lo ve todo con ojos agradecidos: «Me encanta este campo. Es muy largo, con greenes amplios, algo diferente a lo del año pasado. Es muy divertido. He disfrutado jugándolo, hay muchas oportunidades de tirar a la bandera, se puede ser creativo, lo pasaremos bien esta semana». Completa la participación española Rafa Cabrera Bello, un fenómeno de perfil bajo, un talento que parece ahora más que nunca a punto de explotar de forma definitiva.
Mickelson, baja salvo sorpresa
Esta semana se anuncian tormentas. Y el viento, en un campo sin árboles, transforma varios hoyos. Un día pueden parecer interminables, y a la mañana siguiente surgir más asequibles. Si algún contratiempo meteorológico retrasase el inicio del torneo, hasta podría llegar a tiempo Phil Mickelson. El zurdo de San Diego acude hoy a la graduación de su hija Amanda en California tres horas antes de que empiece el torneo en Wisconsin.