«Queda apostada una cenita»
Deportes
Álex Bergantiños y Álex López llevan la rivalidad gallega al Sporting, en el que comparten vestuario
22 Dec 2017. Actualizado a las 00:26 h.
Después de rivalizar en el campo, en Gijón encontraron la amistad. El Sporting creó vínculo entre un deportivista y un celtista que el próximo sábado volverán a estar separados por un escudo. Los dos acudirán a Riazor. Pero cada uno por su cuenta y a animar a su equipo. Uno con su carné de socio del Dépor, el otro con unas entrada adquirida por un amigo. Entre ambos se interpondrá un sentimiento y el deseo de ganar una cena, que han apostado «para dar un poco más de aliciente a la cosa», reconoce el de corazón celeste.
Álex Bergantiños (A Coruña, 1985) y Álex López (Ferrol, 1988) comparten Asturias una amistad que se torna en rivalidad cuando O noso derbi se aproxima: «Hemos congeniado muy bien, pero está claro que esta semana (desde ayer a las once de la noche que concluyó el Granada-Sporting) cada uno tira por lo suyo», explica el ferrolano.
Se sienten privilegiados, porque «jugar este tipo de partidos, como nosotros hemos hecho, te hace sentir cosas, resulta especial», y abogan por una «rivalidad sana». «Más allá del resultado, que lógicamente quiero que gane el Dépor, es muy importante que sea una gran fiesta del fútbol gallego, como ha sucedido en los últimos años», subraya Bergantiños. Para su compañero-rival, esta celebración galaica tiene su punto álgido cuando suenan los himnos: «Aunque no seas gallego yo creo que se te pone igual la piel de gallina cuando estás ahí abajo y suena el himno. Por encima, nosotros somos de ahí y significa mucho. Alguna vez lo hemos comentado y es muy emocionante», reconoce López.
En Primera y Segunda
Bergantiños tiene más experiencia en estas lides, puesto que además de haber jugado en el Dépor en categorías inferiores, la suma de duelos de Segunda y Primera División lo sitúa con 8 derbis disputados, de los que ganó 4, empató 1 y perdió 3. Su compañero rojiblanco jugó 5, en los que venció en 2 ocasiones, perdió otras tantas y empató uno. El coruñés participó en todos los que jugó el ferrolano.
En Gijón, el de la Sagrada Familia parte en desventaja, porque en el Sporting también está Diego Mariño -«que sale rápido al rescate y a apoyarme». Pero solo en número, porque Bergantiños echa rápido mano de los seis títulos del Dépor para dar un paso al frente y presumir de equipo. El desayuno es el momento clave de esta disputa.
«Ahora el Celta está mejor. Yo es que, lógicamente, tiro para el Celta. Pero admito que será un derbi muy disputado. Llegan parecido, porque ninguno ha conseguido encontrar todavía la dinámica tanto de resultados como de regularidad», expresa López antes de unirse a Bergantiños a la hora de pedir paz y buen ambiente de cara al duelo: «Tiene que ser una fiesta. Ya los últimos años nos estamos empezando a llevar el derbi por donde tiene que ir. Que no haya altercados ni ningún tipo de incidente fuera de lo que realmente tiene que ser un partido de fútbol», expresa el ferrolano.
Sin incidentes pero con rivalidad vivirán el duelo ambos y el que gane tendrá la recompensa de una cena: «Todavía no está firmado el lugar ni nada, pero queda apostada una cenita. Hay que darle aliciente a la cosa». Ambos están convencidos de que la ganarán.
Cinco partidos frente a frente
Álex Bergantiños y Álex López midieron sus fuerzas en cinco derbis, con unos números de absoluta igualdad.
Los dos primeros, disputados en Segunda División fueron de claro color blanquiazul. Victoria del Dépor en Riazor por 2-1, recordada por el golazo de Lassad; y nuevo triunfo, esta vez en Balaídos, con otro nombre propio deportivista, el de Borja Fernández, que de un testarazo dio los tres puntos a la escuadra entonces dirigida por José Luis Oltra.
El siguiente concluyó con empate. Fue el primero desde el regreso de ambos a la máxima categoría. El escenario, Balaídos. Esa temporada López se perdería el duelo de Riazor (victoria coruñesa por 3-1) pero sí que participaría en los dos triunfos celestes de la campaña 14/15, en Primera. La de Balaídos, con penalti parado de Sergio a Medunjanin en el último minuto; la de Riazor, un claro 0-2.