Las 80 horas de Roberto Bautista que hicieron llorar a Nadal
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«Para mí es un ejemplo para el resto de mi vida», dijo Rafa conmovido con su compañero, que confesó que «lo último que tenía en la cabeza al volver, era jugar»
26 Nov 2019. Actualizado a las 16:39 h.
Roberto Bautista abrió la actuación española en la Copa Davis el martes, con una derrota frente al ruso Andrey Rublev, y el miércoles jugó su segundo partido individual. Ganó entonces de forma holgada al croata Nikola Mektic. En la mañana del jueves, recibió una llamada en la concentración del equipo español. «Ha sido una noticia muy dura», lamentaba Sergi Bruguera. Al otro lado del teléfono, una advertencia. La salud del padre de Roberto, Ximo Bautista, había llegado a un punto de no retorno. Su estado, delicado tras un grave accidente doméstico que sufrió en el 2016 mientras trabajaba en una yeguada familiar, había empeorado de forma alarmante. El tenista salió de forma urgente hacia su domicilio en Castellón.
«Tomé la decisión de ir a casa el jueves y tuve la suerte de estar con mi padre los últimos minutos de su vida. Pude despedirme de él». Llegó justo a tiempo. Ximo Bautista fallecía en torno a las nueve de la noche del mismo jueves. Roberto, que ya había perdido a su madre, Esther Agut, de forma repentina hace poco más de un año víctima de un infarto. Bautista tenía previsto casarse a finales de este mes, el 30 de noviembre, y ha decidido mantener el enlace.
El viernes, la pista Manolo Santana de la Caja Mágica guardaba un minuto de silencio por el fallecimiento tras la presentación de los himnos de España y Argentina. Sus compañeros de equipo dejaron el hueco sobre la pista que debería ocupar Roberto en una estampa conmovedora. Bautista velaba los restos mortales de su padre en el Tanatorio Magdalena de Castellón. Allí, en la Carretera de Borriol, se celebró el responso por su descanso a las cinco de la tarde del viernes.
Un día después, el sábado, Bautista tomaba el coche para regresar a Madrid junto a sus compañeros. «Cuando cogí el coche en Castellón para volver, lo último que tenía en la cabeza era jugar. Me vine con el corazón, a apoyar, a ser un miembro más del equipo. Mi padre me hubiese pegado un tirón de orejas si me hubiese quedado en casa. Después de una desgracia hay que dar un paso adelante, afrontar las cosas como son, y eso es lo que he intentado hacer». Cuando estaba en carretera, le sonó el teléfono. «El doctor Cotorro me llamó para decirme que me viniera... y le dije: 'Ya estoy a una hora'», desveló luego en una entrevista radiofónica. El mismo sábado por la tarde, Bautista entrenó como un miembro más del equipo español.
Bautista volvió. Pablo Carreño se había lesionado y Marcel Granollers arrastraba problemas en la espalda del día anterior. Roberto era una opción más sólida que Feliciano para el individual. Y se vio en la pista para disputar el primer partido de la final ante Canadá frente a Auger-Aliassime. «No sabía si podía dar la talla, pero he dejado todo ahí. El momento ha sido muy bonito e irrepetible», reconoció luego. Venció por 7-6 (3) y 6-3. Encarrilaba el título, que certificó luego Nadal batiendo a Shapovalov.
Bautista tomó el micrófono desde la pista. «Ha sido una semana increíble, todo el equipo ha hecho un esfuerzo increíble, todos los jugadores, pero en especial Rafa ha hecho una semana increíble: Yéndose a dormir a las tres, cuatro, cinco de la mañana y al día siguiente estar ahí al pie del cañón sólo puede ser porque somos españoles». Rafa Nadal era incapaz de contener las lágrimas mientras lo escuchaba. «Gracias al capitán y al resto de compañeros por confiar en mí. No sabía cómo iba a responder todo, pero lo iba a dejar todo allí. Ha sido un momento especial, emotivo, bonito e irrepetible»
«Yo he ganado los ocho partidos pero os lo digo con la mano en el corazón. Aquí la persona que ha sido vital en esta Copa Davis ha sido Roberto. Lo que ha hecho es algo casi inhumano. No lo sé explicar... Para mí es un ejemplo para el resto de mi vida. Se fue, falleció su padre, volvió ayer, entrenó, hoy estaba preparado para dar un nivel altísimo. Es algo increíble»
Bautista ha ganado nueve títulos individuales en el circuito profesional y actualmente figura en el top 10, ocupando la novena plaza, su mejor ranking histórico. De pequeño, quería ser futbolista. «Mi padre quería que jugara al fútbol y mi madre, al tenis». Militó en la cantera del Villarreal hasta los 14 años, cuando se decidió a apostar por el tenis.