Las claves del declive del Barça
Deportes
El equipo azulgrana se despidió de la Liga con una pésima actitud y con Messi señalando a Setién, aunque hay culpables en el césped, en el banquillo y en las oficinas
17 Jul 2020. Actualizado a las 17:43 h.
El Barça se despidió de la Liga con muy malas maneras, perdiendo su primer partido de la temporada en el Camp Nou ante Osasuna, que sin jugarse nada puso más interés y logró el 1-2 definitivo en el tiempo de descuento con solo diez futbolistas en el campo. Humillante. Y el ridículo pudo ser mayor, pues el Villarreal tuvo alguna ocasión en el Santiago Bernabéu en los últimos minutos para arrancar un 2-2 que habría obligado a los de Zinedine Zidane a sufrir en Leganés si los de Quique Setién hubiesen ganado sus dos partidos.
Pero ya en la previa había quedado claro que el conjunto azulgrana no sólo no tenía fe en el milagro. Lo triste es que no tenía ni ganas de hacer un último esfuerzo. Ha llegado destrozado físicamente y psicológicamente al final de esta mini Liga de once jornadas post-confinamiento. Y como en lo deportivo tampoco intimidaba a nadie hace tiempo, el desastre estaba al caer y Messi le puso voz.
Despido de Valverde
Entre su fuerte autocrítica, lamentando «la falta de intensidad y de ganas» no solo ante Osasuna, sino durante muchos partidos de esta Liga, dejó caer un significativo «de enero hasta acá, la temporada fue muy mala». No cuesta mucho captar que el destinatario de ese mensaje es Quique Setién y su cuerpo técnico, pues Ernesto Valverde dejó el banquillo azulgrana el 10 de enero tras el derbi liguero ante el Espanyol (2-2) y el KO en la semifinal de la Supercopa de España ante el Atlético (2-3).
Algo no funcionaba ya, pero la idea romántica del técnico cántabro no sólo no ha ayudado a arreglar algo, sino que ha dejado que se estropeara del todo lentamente, como el juego del Barça desde su llegada. Con Valverde se había perdido la regularidad y el control de unos partidos demasiado alocados, pero el equipo estaba vivo, tenía ritmo.
Falso control de Setién
Con Setién se recuperó un falso control, con un supuesto plan cruyffista que a Johan le hubiera irritado de estar vivo. El toque sin profundizar, la eterna maduración de las jugadas y de los partidos. El Barça mejoró sus números defensivos porque con tanta posesión, el rival llegaba poco, eso sí, con peligro siempre. Pero ha creado menos ocasiones que nunca y hasta Leo Messi ha visto las porterías pequeñas y a los defensas enormes por primera vez en su carrera.
Pero Setién, aunque ya se duda de que vaya a estar sentado en el banquillo del Camp Nou el 8 de agosto en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Nápoles, tras el 1-1 de la ida en San Paolo y con una plaza para la Final a 8 de Lisboa en juego, no es el único culpable. Mirando hacia arriba y hacia abajo, aparecen sospechosos de todos los colores.
Plantilla muy corta
Es un insulto a los barcelonistas que se haya llegado a una situación inaceptable en un club grande: se ha afrontado un tramo de la competición tan exigente físicamente, con partidos cada tres y cuatro días, con apenas 15 jugadores del primer equipo, sin posibilidad de hacer rotaciones. Más allá de las lesiones puntuales, el club invitó o dejó marcharse a jugadores como Carles Pérez, Todibo, Aleñá, Rafinha, Wague... Con todo en juego, vendió a Arthur a la Juventus en un trueque con Pjanic de cara a la próxima temporada. El brasileño solo ha jugado cuatro minutos desde entonces. Y se quedó con jugadores como Umtiti, sabiendo que su rodilla, ojo, quizás es irrecuperable para el fútbol de elite, y Luis Suárez, operado en enero, reaparecido tras el confinamiento, pero muy lejos de su nivel y, pese a ello, imprescindible porque nadie le ha fichado competencia.
Desembolso en Griezmann
La dirección deportiva, con un Eric Abidal sin experiencia y un Ramon Planes de equipo menor, no ha sabido potenciar la plantilla y Josep Maria Bartomeu, necesitado de operaciones extrañas para cuadrar los balances económicos, ha fomentado esta situación. Se lo gastó todo en Griezmann pese a que era evidente que iba a costar encajarle en el sistema del Barça por sus características y porque los jugadores le recibieron de uñas por el plantón de año anterior. Ansu Fati (17 años) y Riqui Puig (20) han echado una mano valiosa.
Secuelas de Anfield
Y entre los jugadores, más de lo mismo. Se duda, ahora sí, de su hambre de ganar. La última Liga 2018-19 apenas se celebró, como si no tuviera mérito. Importaba más la Liga de Campeones, pero el horroroso KO de Anfield dejó secuelas anímicas que se han pagado esta temporada. No se escapa nadie. Gerard Piqué ha completado una buena temporada en general, pero en las dos últimas semanas ha vuelto a demostrar que no tiene la cabeza en su sitio al llegar al derbi ante el Espanyol en bicicleta eléctrica, a toda pastilla y sin casco ni matrícula, y al exhibirse haciendo wakesurf en un pantano dos días antes de jugarse la Liga ante Osasuna en el que fue su peor partido del curso.
Desgana de Messi
Ni Messi, que pese a lograr un golazo y rebelarse en la segunda parte, demostró en la primera que no tenía demasiadas ganas de competir, quizás barruntando su discurso. Son ellos, junto a Suárez y Busquets, los que deciden cómo se entrena. Por lo visto, poco y mal. Por no hablar de la cuestionable calidad de varios jugadores sobrevalorados.
Entre unas cosas y otras, el interrogante lógico es si tomar decisiones ya de cara a la próxima temporada, con tiempo para trabajar y asimilar ideas. O si aplazarlo todo hasta ver qué sucede en la Champions de agosto, con menos tiempo después para reaccionar. Ha tardado, llevan tiempo anuciándolo, pero el Barça siguió ganando y reiventándose con Luis Enrique y Ernesto Valverde. Pero ahora sí parece que el fin de ciclo está aquí.
Se adelanta el castigo de Vitoria
El domingo acaba la Liga para el Barça con un partido de castigo en Vitoria que se ha adelantado a las 17.00 horas porque nadie se juega nada. Piqué se borró con una protesta y será una de las tres bajas por sanción junto a Rakitic y Junior. Griezmann, Dembélé y Umtiti están lesionados. Arthur vive en Turín. El colmo es que Setién acabará debilitando al Barça B, que el domingo juega su primera final en el 'playoff' de ascenso a Segunda ante el Valladolid Promesas sin Araujo, Riqui y Ansu, que seguirán en el filial, y sin Collado, lesionado. Messi necesita marcar para no ver amenazado su Pichichi por Benzema, pero ni eso parece ilusionar al argentino como en otras temporadas.