Alaphilippe pierde el liderato del Tour por un bidón de agua
Deportes
El francés fue penalizado por los jueces con 20 segundos por recibir avituallamiento en los últimos kilómetros de etapa y cedió el liderato a Adam Yates
03 Sep 2020. Actualizado a las 09:12 h.
El francés Julian Alaphilippe fue penalizado por los jueces del Tour de Francia con 20 segundos por avituallamiento indebido, por lo que perdió el maillot amarillo de la carrera en favor del británico Adam Yates. El ciclista francés recibió un bidón de agua en los 20 últimos kilómetros de la etapa entre Gap y Privas, algo que prohíbe el reglamento, que lo sanciona con 20 segundos de penalización en la general.
Alaphilippe lideraba la general desde la segunda etapa en Niza con 4 segundos sobre el británico Adam Yates y ahora pasa a ser decimosexto a 16 segundos del nuevo líder. «Son cosas que pasan. Es una decisión oficial. No puedo hacer nada», dijo el ciclista del Deceuninck-Quick Step nada más cruzar la línea de meta de Privas.
«Era una etapa muy larga y aburrida, con un final muy nervioso. Tenía que estar concentrado para mantener el maillot y tratar de ganar con Sam Bennett en el sprint», señaló. «Mañana me volveré a poner en pie y trataré de recuperarlo», aseguró el francés, que ha vestido el maillot amarillo en tres jornadas, tras las 14 del 2019.
El belga Wout Van Aert (Jumbo Visma), ganador de la Strade Bianche y la Milán San Remo, se adjudicó este miércoles al sprint la quinta etapa del Tour de Francia, disputada entre Gap y Privas sobre un recorrido de 183 kilómetros, una jornada sin escapada alguna en la que Julian Alaphilippe, sancionado 20 segundos por avituallamiento indebido, cedió el liderato al británico Adam Yates.
Van Aert se adjudica la etapa
Van Aert, de 25 años, polifacético corredor tres veces campeón del mundo de ciclocrós, clasicómano, con dos etapas en el Tour y campeón nacional contrarreloj, aportó el único espectáculo en un día de pacto de no agresión firmando con poderío un sprint demoledor en el que ganó el pulso al holandés Cees Bol (Sunweb) y al irlandés Sam Bennett (Deceuninck). «Ha sido una de las etapas más cómodas de mi vida, aunque al final hubo un poco de estrés», resumió Van Aert en meta después de alzar los brazos con un tiempo de 4h.21.22. Un hachazo que tuvo su punta de velocidad en ligero ascenso a 67,7 km/h.
Sin escapadas
Una etapa sin escapadas es algo casi insólito en el ciclismo. Lo normal es que los aventureros se apresuren a buscar la gloria o el protagonismo comercial para su equipo. La salida de Gap tuvo un par de intentos y enseguida se decretó una especie de huelga de pedales caídos. Desde 2008, excepto algunas etapas del último día en los Campos Elíseos en los años 2012, 2013 y 2016, todas la etapas han tenido una fuga de, al menos, 10 kilómetros.
Habría que evocar la 16ª etapa del Tour 1995, entre Tarbes y Pau, para recordar un paseo semejante, en aquella ocasión justificado por el homenaje a Fabio Casartelli, fallecido el día anterior, y la 17ª etapa del Tour 1998, entre Albertville y Aix-les-Bains, protagonizada por una huelga de los corredores.
Poco viento, amago de abanicos
Uno de los alicientes de la etapa era la posible incidencia del viento en el Valle del Ródano, a 30 kilómetros de meta, donde el dios Eolo prometía presentarse de manera lateral con el consiguiente peligro de abanicos. El grupo pasó antes por la Cota de Serre Colon, donde la calma se interrumpió unos instantes para que francés y líder de la montaña Benoit Cosnefroy rebañara unos puntos para consolidar su maillot de puntos.
Un amago y regreso a la siesta general, aunque los equipo de los favoritos empezaron a marchar con las orejas tiesas en cabeza de pelotón a medida que el viento se iba intensificando. Ineos y Jumbo se marcaban en cabeza, atentos camino de la segunda y última cota, la de Saint Vicent de Barrés, que marcaba la frontera entre zona de aire y la vuelta a zona segura.
Solo se levantó de la bici Cosnefroy para volver a coger en la cima un punto de recompensa, sin la menor oposición. Se reanudaba el garbeo con 15 kilómetros hasta Privas, pequeña localidad que ha recibido 2 veces el Tour. En 1966 lanzó la etapa que se adjudicó el vasco Luis Otaño, el mismo día que se retiró del Tour, ya para siempre, el legendario Jacques Anquetil.