El presidente y entrenador que marca más goles que todos los cracs del balonmano español
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Aitor Freiría hace «de todo» en un Balonmán Panadería de Covas para el que ha marcado 68 goles en solo seis jornadas
16 Nov 2021. Actualizado a las 20:06 h.
En la provincia de Lugo el balonmano es un pequeño reducto que sobrevive gracias a la pasión desmesurada de algunos «locos». Pocos le dedican tantas horas y empeño como Aitor Freiría Lemos (O Porriño, 1989). Llegó «por amor» y seis temporadas después hace de todo en el Balonmán Panadería de Covas Viveiro. Es el presidente, entrena a todos sus equipos —benjamín mixto, cadete y sénior— y se mantiene en activo como jugador con unas cifras goleadoras inalcanzables hasta para las estrellas de las grandes ligas nacionales.
El poderoso central o lateral lidera esa clasificación tras firmar 68 dianas en solo seis partidos en Primera Autonómica. Marcó 13 al Atlético Novás B, 14 al Pontedeume, 11 al Tui, otros tantos al Porriño, 10 al Culleredo y 9 al Lavadores B, para alcanzar una media de 11,33 por encuentro, pero su equipo aún no conoce el triunfo. «Es un tópico, pero preferiría no marcar ninguno y ganar», relata decidido a buscar revancha este domingo en la visita del Narón-Ferrolterra.
«Preferiría no marcar ningún gol y ganar», afirma el mandamás de un equipo que ha perdido sus seis partidos en Primera Autonómica
«Estoy asumiendo esa responsabilidad porque tenemos un equipo muy joven. Perdimos gente por lesiones y retiradas, y, al estar tan alejados geográficamente del resto de clubes gallegos, es muy complicado fichar. La mayoría de nuestros jugadores son aún juveniles, lo que les toca es aprender, no que la presión recaiga sobre ellos», subraya Freiría sobre una humilde entidad que cumple cinco temporadas consecutivas como abanderada provincial en la máxima categoría del balonmano gallego.
Pero su trabajo dentro de la cancha va mucho más allá de los goles. «Los días de partido son un poco locura. Tengo que estar para recibir al equipo contrario, explicarles los protocolos de vestuario, lo mismo para los árbitros... Cuando empiezo a calentar, el equipo ya lleva un rato. Y luego durante el partido estoy pendiente de los cambios, si hay algún detalle que corregir me paro cinco segundos con el juego detenido para explicarle algo a algún chico...», relata.
Descolgar las zapatillas
No es de extrañar que cuando Aitor Freiría decidió asumir estas responsabilidades parase de jugar. «Al final de la temporada pasada decidí volver para dar una rotación más, pero no jugaba tanto como ahora», replica un hombre que tomó el relevo de Enrique Villares en el 2019. «De lo contrario, el club podía desaparecer», explica el jefe de una directiva con siete miembros, aunque dos residen fuera de Viveiro.
No hace demasiado, destacó en Primera Estatal con O Porriño, Cañiza y Eivissa, pero el embarazo de su pareja le hizo volver de la isla. «Ella es de Xove, queríamos que Xoel creciese aquí y le salió una plaza de profesora. Llegamos en el 2016 y en el Balonmán Viveiro me sentí muy involucrado desde el primer día», explica con la ilusión de que su hijo siga la tradición familiar: «Mi hermano gemelo Adrián jugó conmigo incluso en Ibiza, el pequeño, Diego, era portero, y Xoel está en los benjamines».