Raúl Carnero renace de su calvario: «Mi hija nació y no era capaz ni de cambiarle el pañal»
Deportes
El futbolista gallego del Valladolid relata cómo ha vuelto a jugar después de tres intervenciones en la rodilla por una lesión que estuvo a punto de dejarle cojo
18 Dec 2021. Actualizado a las 11:27 h.
El 23 de febrero es el nuevo cumpleaños de Raúl Carnero (A Coruña, 1989). El lateral gallego del Valladolid salió aquel día del quirófano con una rodilla nueva, al cabo de una laboriosa cirugía que subsanó una lesión que lo ha mantenido de baja prácticamente todo el 2021 y en la que hasta ha corrido el riesgo de quedarse cojo. Tras casi 200 partidos entre Primera y Segunda División, insiste en que aún le queda por delante una larga puesta a punto. Reintegrado al día a día de su equipo, que lucha por el retorno a la máxima categoría, acaba de disputar como titular los dos partidos que han dado al Valladolid el acceso a los dieciseisavos de Copa.
«Nos confinaron y mis músculos desaparecieron»
Todo comenzó en el confinamiento por la pandemia. Hacía años que en una revisión le habían alertado de un pequeño desgaste en la rodilla izquierda, pero nunca le había dado problemas. Hasta que la vida y el fútbol se pararon por culpa del coronavirus. «Nos confinaron y mis músculos desaparecieron. Acababa de llegar a Valladolid, encontré un pisito pequeño rápido, pero no tenía cómo entrenar. Solo una bici estática, una mancuerna, algunas gomas y esas cosas, pero no te llegan. Perdí muchísima masa muscular. Cuando nos hicieron el control de pliegues, yo era el que más músculo había perdido», recuerda. Luego, la Liga volvió con partidos miércoles y domingo que Raúl soportó como pudo. «Empecé la siguiente pretemporada cada vez con más molestias. Me hicieron otra resonancia y, respecto a la anterior, se vio el cartílago con un desgaste grandísimo. Casi no había, e incluso la rótula ya estaba un poco torcida por perder musculatura. Es el día que me entero al 100 % de que la lesión es seria», reconoce.
«Cuando se me pasó la anestesia veía la estrellas»
Pero el futbolista gallego siguió compitiendo. Incluso en diciembre marcó el gol más bonito de aquella temporada, un zurdazo de volea que se coló por la escuadra de la portería del Sevilla. «Después jugamos contra el Cádiz, pero estaba fatal, casi no podía ni apoyar la pierna. Le dije al doctor que me la anestesiase toda. Y, claro, me avisó: ‘No vas a sentir nada. Te puedes romper todo y quedarte cojo de por vida'. Pero me infiltré, hice muy buen partido y el problema fue que, cuando se me pasó la anestesia, veía las estrellas. Estuve quince días sin apoyar la pierna», explica.
«Lo siguiente a lo que me exponía era a una prótesis»
Solo entonces, Raúl acudió a un especialista. «Hasta que hablo con los doctores Pedro Guillén e Isabel Guillén no soy consciente de la gravedad. Decía: ‘Es una lesión de cartílago'. Pero ellos me advirtieron de que lo siguiente a lo que me exponía era a una prótesis de rodilla. La doctora no comprendía que pudiese haber competido hasta ese momento», recuerda. La solución pasó por tres intervenciones. En la primera, a mediados de enero, se le biopsió el cartílago y se le corrigió un poco la desviación de la rótula; la segunda, aquel 23 de febrero, fue la más agresiva. «Te abren la rodilla entera, te la luxan para poder coserte los implantes de cartílago y acaban de corregir el problema de la rótula antes de cerrar», relata.
«Eran sesiones en que gritaba de dolor»
Después de tres largos meses sin apoyar la pierna, cuando comenzó la recuperación no lograba doblar la rodilla, por lo que entró por tercera vez en quirófano para que, anestesiado, se la flexionasen y le rompiesen todos los tejidos adheridos. «Hasta ese momento era como si tuviese un tope. Eran sesiones en que gritaba de dolor. Recuerdo que un día los compañeros estaban de vídeo, empecé a gritar y al salir preguntaban a ver a quién están matando», comenta. Esta tercera intervención fue crucial para el rápido avance de la recuperación del jugador gallego.
«Ronaldo me decía que pensase solo en mi familia»
Si desde el cielo Raúl sentía la fuerza de su abuelo Acacio Carnero, uno de los fundadores del Victoria coruñés, fallecido en el 2019, entre sus apoyos en la tierra estuvo el presidente del Valladolid, Ronaldo Nazario, quien como futbolista también superó importantes lesiones de rodilla. «Me decía que en esta situación era importante que me olvidase del fútbol, que pensase solo en mi familia y limpiase la cabeza, que el fútbol ya vendría cuando me encontrase bien», afirma.
«Mi hija nació y no era capaz ni de cambiarle el pañal»
Pero no solo en el gimnasio, sino también en casa fue un año duro. «Mi hija nació a los diez días de la segunda operación. Fui al paritorio, que no apoyaba la pierna, pero no podía ayudar, ni cogerla, solo esperar sentado a que me la pusieran. No era capaz ni de cambiar el pañal. Te sientes inútil y frustrado. Y con el niño igual, porque quiere jugar y tienes que decirle que no, que solo puedes estar en el sofá tranquilo. Mentalmente te afecta, y los niños lo notan. Pero ellos se adaptan rapidísimo a todo. Al final, me cuidaba y, como estuve dos meses pinchándome en la barriga para evitar los trombos, venía a ver cómo lo hacía y hasta jugaba a ser médico y me echaba una cremita», se ríe.
«El fisio me decía: ‘Céntrate en el día a día'»
Raúl no dejó de progresar en verano gracias a muchas sesiones dobles en la clínica Assistens, en A Coruña, y, ya de vuelta a Valladolid, junto al readaptador del club Raúl Zarzuela. «Hay días en que estás pensando en qué mes vas a volver, pero otros en que veía imposible que volviese a jugar al fútbol, pero él me quitaba de la cabeza todo eso. Me decía: ‘Céntrate en el día a día. ¿Estás mejor que la semana pasada? Pues ya está'. Ese pensamiento fue crucial en mi recuperación», analiza.
«No me vale ser el jugador de antes, quiero ser mejor»
Pasar por una lesión como esta ha cambiado la mentalidad de Raúl Carnero. «Antes quedarse en el banquillo o no ir convocado era..., porque los jugadores de fútbol somos así de egoístas y ambiciosos. Ahora valoras poder seguir ahí y no tener que haberme retirado. He vuelto a nacer para el fútbol», afirma antes de insistir en que después de tanto sufrimiento no se conforma con recuperar el estado de forma anterior. «Mejoré muchas cosas de las que carecía y estaba peor. Por ejemplo, la alimentación. El nutricionista me decía que durante la recuperación tenía mejores niveles que mucha gente compitiendo. Y lo mismo con el gimnasio. No me vale ser como antes, quiero ser mejor. Es el camino para seguir compitiendo», dice.
«Si hubiera acabado contrato, me hubiera tenido que retirar»
Tras reintegrarse a los entrenamientos con el equipo, el técnico del Valladolid, Pacheta, alineó al gallego como titular en los dos partidos de Copa. «Aún me queda muchísimo por ganar en musculatura. Es otra vez un proceso para coger el estado óptimo y exigirme en el día a día. Pienso que 20 o 25 minutos ya puedo competir fuerte», añade Raúl, que guarda una deuda de gratitud con el Valladolid: «Seguramente si yo hubiera acabado contrato el año pasado, me hubiera tenido que retirar. A mí nadie me iba a firmar teniendo que operarme y sin saber cómo voy a quedar después».
«Me veo con ganas de coger mi mejor nivel y competir»
Al futbolista gallego le quedan muchos sueños. «Me veo con ganas de seguir, coger mi mejor nivel y competir. Cuando estás once meses viendo partidos desde la grada, hasta echaba de menos el olor a césped. Incluso esa sensación de llegar a casa cansadísimo, con dolores después de haber entrenado», afirma. Es el renacer de Raúl Carnero.