La Voz de Galicia

Yago de Santiago: «Quiero estar preparado para el día que me toque debutar en la Premier»

Deportes

Pablo Carballo

El gallego, sub-23 del Tottenham, se entrena con el primer equipo a las órdenes de Antonio Conte

06 Feb 2022. Actualizado a las 05:00 h.

Dos días por semana, Yago de Santiago Alonso (Vigo, 2003) trabaja a las órdenes de Antonio Conte en el Tottenham: «He crecido mucho estando con ellos». Llegó a Londres con 16 años. Hoy es una ficha importante de su equipo sub-23, con el que lleva jugados 18 partidos. «El primer año fue muy duro. Me costó adaptarme unos cuatro o cinco meses. Estaba solo, lejos de mi familia, y no hablaba el idioma».

A Yago lo captó el Tottenham tras verlo con el Celta en un torneo en Cataluña. Su padre, Gonzalo, no olvida esa fecha: «Jugó increíble. Eliminaron al Liverpool, le ganaron la final al Valencia... y saliendo de ese torneo se me acercó un ojeador —que seguía a David Vilán y a Hugo Álvarez— y me dijo que le había encantado Yago. Me llamó una agencia, vino el director deportivo del Tottenham y nos reunimos varias veces. Aquello daba mucho respeto».

«Papá, rómpelo, quiero irme»

El Celta contraatacó para intentar retenerlo. «Le ofrecieron un contrato muy bueno, de cinco años, con dos de profesional. Yo pensé que se quedaba», recuerda su padre. Pero la cabeza de Yago estaba ya en otra parte. «Salió por la puerta y me dijo: ‘Papá, rómpelo. Quiero irme y jugar en la Premier’. La decisión fue suya. Fue en un momento para él personal muy duro, por una cuestión familiar. Lo pasó fatal y fue muy valiente».

Yago había llegado al Celta desde el Areosa, el club al que Gonzalo lo llevó con cinco años. No tenían categoría prebenjamín y lo probaron con los mayores. «Lo vi en un campeonato que jugamos, y al terminar me fui directo a por su padre. Le dije que llevaba varios años entrenando y que ese chico era diferente. Tenía una aceleración, un cambio de ritmo increíble, y llevaba siempre el balón pegadito al pie», indica Jonatan López Chavanel, que fue su primer técnico. «Jugaba dos categorías por encima de su edad y destacaba. Mi miedo era que se estancara. Le decía en los entrenos: ‘Yago, tú solo puedes tocarla con la pierna mala o el balón pasa al otro equipo’. En tres o cuatro minutos ya le salía todo con la izquierda, tenía un talento innato. El momento en el que se marchó era en el que tenía que irse. Allí ya no podía progresar más».

«Iba bajito, con muy poco peso»

El Celta llevaba cuatro años tras él, pero su familia se resistió hasta infantiles. «Cuando aceptamos, me vi envuelto en una locura de representantes. No llevaba ni dos meses en el Celta y me di cuenta de lo que era el fútbol», admite Gonzalo.

«Yago es muy introvertido, nunca va a cortar una conversación. Una de sus virtudes es que sabe escuchar. Es muy vertical, siempre busca portería. Llamaba la atención por lo generoso que era. Le daba igual marcar él que dárselos a un compañero. Tiene un último pase espectacular y en los últimos años ha tenido un desarrollo físico brutal. Se ha sabido adaptar en Inglaterra a un fútbol que es lo opuesto a lo que jugaba aquí. No tengo ninguna duda de que va a ser profesional», apuesta el que fue su técnico en el Areosa.

«Iba con muy poco peso, era bajito, y se lo tuvo que pelear mucho. Por naturaleza es un interior muy ofensivo, que puede jugar a pierna cambiada. En el sub-23 del Tottenham —el que tiene más edad de la liga— lo utilizan también como segundo punta o falso 9», dibuja su padre.

«Lloris te da buenos consejos»

Yago traza su cara y su cruz: «Tengo muy buena capacidad de asociación, pero me gustaría ser más constante». Tiene como referencia a Hugo Lloris. «Te da buenos consejos», dice el vigués. De su experiencia en Londres, guarda con gratitud un gol que le hizo al Southampton el pasado abril. «Llevaba mucho tiempo sin marcar, me habían pasado algunas cosas personales complicadas, y ese gol me vino muy bien para recuperar la confianza. Además fue bonito».

Yago de Santiago, a la izquierda, en un entrenamiento con el Tottenham

Yago es cauto, pero presiente que su oportunidad se aproxima: «Noto que se acerca el día de dar el paso al fútbol profesional, de debutar en la Premier, que es mi sueño, y eso me motiva muchísimo. Quiero estar preparado cuando llegue».

Pochettino, cuando llegó: «Tienes que bajar al barro, llorar, y ver balones volar sin tocar ni uno»

La propuesta del Tottenham llegó a finales del 2018 y Yago de Santiago se incorporó al equipo de Londres el verano siguiente. Cuando llegó, para integrarse en el equipo sub-18, Mauricio Pochettino, que entonces dirigía a la primera plantilla, fue a recibirlo personalmente y lo llamó por su nombre. «¿Cómo estás, Yago?», preguntó. «Asustado», respondió el joven. Aquellas primeras palabras del técnico argentino se le quedaron grabadas a fuego: «Yago, no te asustes, que vienes a jugar a lo que sabes. Para poder llegar tienes que bajar al barro, pelearte con todo, llorar, ver balones por el aire y que no tocas ni uno... y, si Dios quiere, después de todo eso, si tienes un poco de suerte, podrás llegar a dónde tú quieres. Pero sin pasar por eso no llegarás nunca».

Pochettino salió del Tottenham unos meses después y llegó Jose Mourinho. Yago subió un par de veces a entrenarse con él y recuerda «el respeto que le tenía». Tras una breve estancia de Ryan Mason como técnico interino, Nuno Espírito Santo asumió el banquillo. «Con él hablé mucho más, había feeling. Por desgracia las cosas no le fueron bien», recuerda.

Desde el pasado noviembre, Antonio Comte se hizo cargo del equipo. Gonzalo de Santiago recuerda una conversación de Cristian Stellini, segundo técnico, con Yago. «Yo no quiero un crac de 18 años. Lo quiero de 22 o 23. No tengas prisa. Tu puesto está muy caro». La exigencia para el italiano es meterse en Champions.

«Todos le dicen que no levante muchas expectativas por ahora. Inglaterra le dio una visión diferente. Aquí aprendió a manejar el balón, allí se dio cuenta de que el fútbol es mucho más que eso y no te llega con jugar bien. Que necesitas un montón de cosas más y tener una cabeza muy bien amueblada», cuenta Gonzalo.


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