La Voz de Galicia

Así transcurrió la noche de la presunta violación cometida por Dani Alves

Deportes

IVÁN ROLLE Redacción / La Voz

«Tengo ganas de vomitar, miedo y vergüenza», declaró la mujer de 23 años a la que el brasileño supuestamente insultó, golpeó y violó en Barcelona

26 Jan 2023. Actualizado a las 08:38 h.

La carrera futbolística de Dani Alves apunta a un cierre abrupto, de confirmarse el horror al que supuestamente sometió a una mujer durante una noche de fiesta en Barcelona. El lateral diestro fue despedido por el Pumas mexicano e ingresó en prisión el pasado viernes acusado de agredir, insultar y violar a una barcelonesa de 23 años en una conocida discoteca de la ciudad. El consistente y detallado relato de la denunciante, que encaja con el examen forense y las grabaciones de las cámaras de seguridad del local, contrasta con la frágil defensa del brasileño, que ya ofreció tres versiones distintas de los hechos que podrían precipitar su caída a los infiernos.

El viernes previo a Nochevieja

El presunto delito se produjo alrededor de las cuatro y media de la madrugada del 30 al 31 de diciembre del año pasado en la discoteca Sutton, considerada una de las más exclusivas del mundo y frecuentada habitualmente por famosos y futbolistas. La víctima llegó a las dos de la madrugada, acompañada por una prima y una amiga, después de que en otro local les diesen entradas gratuitas a esta sala. Una vez allí, apenas pasaron unos minutos en la pista de baile, porque unos amigos mexicanos las invitaron a la zona vip. En el reservado, Dani Alves fichó a las muchachas y entró en escena.

El futbolista estaba sentado en una mesa, junto a otro varón y dos mujeres, y en dos ocasiones mandó al camarero junto a la presunta víctima y a sus dos acompañantes para invitarlas a cava y ofrecerles acomodarse junto a ellos. En un principio las jóvenes, que no lo reconocieron, rechazaron la oferta, pero ante la insistencia del trabajador, que dijo haber sido enviado por «un amigo», terminaron aceptando. Sutton es una discoteca en la que suelen dejarse ver jugadores y exjugadores del Barcelona, como Gerard Piqué y Riqui Puig.

Le llevó la mano al pene

Según la declarante, cuando se unieron a Alves se marcharon las mujeres que acompañaban al exbarcelonista. El brasileño ya parecía bebido y se burló de las chicas por decir que no lo conocían. Se presentó como «jugador de petanca de L'Hospitalet», aunque sus acompañantes mexicanos les aclararon su verdadera identidad.

El asunto se puso feo pronto. El brasileño, presuntamente, intentó realizar tocamientos a las tres mujeres, pero se centró especialmente en la denunciante, a la que susurró algo en portugués que no logró entender y le agarró una mano para llevarla varias veces a su pene, pese a encontrar resistencia. «Me estaba dando asco. Desde atrás cogió mi mano, la puso en su pene y la quité», declaró la denunciante.

También tocó a una testigo

Según el periódico La Vanguardia, la Unidad Contra las Agresiones Sexuales recogió y compartió con la jueza el testimonio de decenas de personas que estuvieron esa noche en Sutton. La amiga que acompañaba a la supuesta víctima, en concordancia con el relato original, también declaró que había sufrido tocamientos con violencia en sus partes íntimas.

Golpeada y violada en el baño

Según desvela El Periódico, las grabaciones de las cámaras del reservado coinciden con el testimonio de la mujer. También demuestran que Dani Alves la convenció para acompañarlo al baño. «Pensé que la puerta llevaba a otra estancia de la sala vip», explicó ella, que trató de salir cuando se percató de que se quedaban a solas en un aseo «muy pequeño».

Durante 17 minutos, ninguno de los dos aparece en las imágenes de seguridad del Sutton, por lo que es totalmente verídico que estuviesen en un baño donde el exjugador del Barcelona la podría haberla insultado, golpeado y violado, según indica ella en la declaración. Alves se sentó en el inodoro y la instó a decirle que era «su putita». «Insistí en que parase y en que me tenía que ir, pero me subió el vestido y me hizo sentarme encima de él», relató la víctima a los Mossos d'Esquadra y a la jueza.

Ante su resistencia, la tiró al suelo y la obligó a realizarle una felación, a lo que se negó, y empezó a abofetearla. Luego la puso contra el lavabo y la penetró vaginalmente: «Me resistí, pero él era mucho más fuerte que yo». «Noté que se relajaba y vi una mancha en el suelo», apuntó en referencia al acto del presunto violador.

Sufrió una crisis de ansiedad

Declaró que, tras eyacular, Alves se vistió y, al ver que la mujer intentaba irse del baño, le gritó y la obligó a dejarle salir primero. Cuando la joven regresó a la sala vip ya solo quedaba una amiga, a la que le pidió marcharse. Ya fuera, con una crisis de ansiedad, rompió a llorar y un portero de la discoteca le preguntó qué había sucedido. Activaron el protocolo contra agresiones sexuales y la llevaron a una sala, donde explicó el caso al gerente. Se presentaron los Mossos d'Esquadra, que la trasladaron al Hospital Clínic de Barcelona, donde detectaron lesiones compatibles con el forcejeo que describe.

Dos días más tarde, el 2 de enero, presentó la denuncia, junto al informe médico y el vestido que llevaba en la noche del supuesto delito.

Alves se contradijo

El futbolista volvió a España la pasada semana para asistir al funeral de su suegra y entonces fue detenido. Su versión de los hechos para defender su inocencia ha ido variando y ahora ha decidido cambiar de abogado y ha solicitado volver a declarar. «No sé quién es esa señorita», dijo primero en un programa de Antena 3 un Dani Alves que se ha visto acorralado por las grabaciones y que ha modificado su relato ante los Mossos d'Esquadra y la magistrada titular del juzgado de instrucción número 15 de Barcelona. Luego afirmó que se cruzaron en el baño sin que ocurriese nada y, finalmente, defendió que hubo una relación sexual consentida, alegando que prefirió no decirlo para proteger a la mujer.

Las posibles penas

A petición de la Fiscalía y la acusación, la jueza ordenó su ingreso provisional en prisión sin fianza al entender que el riesgo de fuga es muy alto por sus altas posibilidades económicas y su falta de arraigo en España, no existiendo además convenio de extradición con su país de origen, Brasil. El jugador ingresó el pasado viernes en Brians 1, en el complejo de Sant Esteve Sesrovis en Barcelona, y el lunes fue trasladado al módulo Brians 2, por seguridad.

De confirmarse la agresión sexual, Alves se enfrentará a penas de entre cuatro y doce años de cárcel. Además, según informó El País, la víctima estaría dispuesta a renunciar a una compensación económica, con el único fin de que se haga justicia con su agresor y cumpla la condena pertinente.

Las secuelas

La joven también describió ante la jueza las enormes secuelas psicológicas que le causó el suceso: «Cada vez que recuerdo lo que me ha pasado me dan ganas de vomitar, tengo mucho miedo y siento mucha vergüenza por todo lo que ha pasado y por tener que verme así».


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