La Voz de Galicia

La autopsia confirma que Álvaro Prieto murió electrocutado al tocar la catenaria del tren

Deportes

La Voz Redacción / Colpisa
El cadáver de Álvaro Prieto fue encontrado este lunes entre dos vagones en las inmediaciones de la estación de Santa Justa de Sevilla.

Una cámara de seguridad de una gasolinera cercana grabó al joven cordobés de 18 años subido al techo del convoy

17 Oct 2023. Actualizado a las 15:49 h.

Una cámara de una gasolinera cercana grabó a Álvaro Prieto subiéndose al tren en el que fue encontrado su cadáver este lunes por la mañana de forma fortuita, y en directo, por unos reporteros de Televisión Española que cubrían el caso. El joven cordobés de 18 años tocó la catenaria del convoy y se electrocutó, recibiendo una fuerte descarga de 3.500 voltios y falleciendo en el acto. De acuerdo con las imágenes, su cuerpo fue encontrado en un hueco entre dos vagones, y donde permaneció desde la mañana del pasado 12 de octubre, el mismo día de su desaparición. 

Según fuentes de la investigación, el cadáver presentaba grandes quemaduras en las manos y sin pelo («ausencia de vello piloso») , signos compatibles con una fuerte descarga eléctrica. El adelanto de la autopsia ha confirmado la electrocución como causa de la muerte. El tren bajo el que apareció el cadáver del joven desaparecido se encontraba sin prestar servicio desde el 24 de agosto, según informó Renfe. Estaba averiado y desde hacía 50 días no había realizado ningún movimiento ni había sido sometido a ninguna revisión ni mantenimiento. Ese convoy averiado solo fue movido este lunes, cuando los reporteros se percataron de que había un cuerpo entre dos vagones, para dejar espacio a otro convoy que debía ser revisado.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha reconocido que de no haberse movido el tren y a su vez el cuerpo de Álvaro Prieto, que había quedado encajonado entre los dos vagones «era absolutamente imposible» ver el cadáver desde el suelo. Los talleres de Santa Justa habían sido revisados mediante drones, que tampoco tomaron imágenes que desvelaran que Álvaro estaba allí.

El motivo de por qué el chaval decidió esconderse en esos talleres tan lejanos a la estación o si estaba siendo perseguido por terceras personas en ese momento sigue siendo una incógnita.  

La aparición del cadáver de Prieto este lunes se produjo en directo. Mientras en el programa Mañaneros informaban de la última hora sobre la búsqueda, el cámara advirtió de la presencia de un cuerpo entre los vagones de un tren que justo en ese momento pasaba detrás del periodista. En las imágenes (por cuya emisión luego se disculpó TVE que prometió una investigación interna) se apreciaba que la indumentaria que lleva el cadáver coincidía con la del joven cordobés, que el día de su desaparición vestía una camisa verde y un pantalón beige.

A Álvaro Prieto se le buscaba desde la mañana del jueves 12 de octubre en el entorno de la estación sevillana de Santa Justa, adonde acudió a la carrera para coger un tren de media distancia (Avant) que lo trasladase a Córdoba, donde residía con su familia. El joven, que militaba en el juvenil del Córdoba, se había desplazado a Sevilla para salir de fiesta con unos amigos. Estuvo hasta las siete de la mañana en la discoteca Theatre, situada a algo menos de cuatro kilómetros de Santa Justa.

A las 7.22 horas, Álvaro desactivó el modo avión del teléfono —que había utilizado durante la noche para ahorrar batería— y envió a su madre un mensaje en el que le decía, más o menos literalmente, «ya voy hacia la parada». Aunque al principio se dijo que había perdido el tren, algunas fuentes aseguran que llegó a tiempo, pero con la fatalidad de que se le quedó el móvil sin batería y solo disponía de billete en formato digital. No llevaba dinero en efectivo y la tarjeta también la tenía en el teléfono.

El joven intentó subirse en un AVE que iba con destino a Barcelona y que efectuaba parada en Córdoba. Según fuentes cercanas al caso, aunque en un primer momento lo invitaron a marcharse de la estación, él volvió a entrar después de colarse por un hueco de la alambrada y cruzó las vías, siempre con la intención de subirse al siguiente tren que pudiera llevarlo de vuelta a casa. Los vigilantes lo interceptaron y lo expulsaron de Santa Justa. 

El delegado del Gobierno ha asegurado que el joven «no quiso aceptar la ayuda» que se le ofreció para que pudiera cargar el móvil, que se había quedado sin batería. «Se le ofrece la oportunidad pero no accede. No sabemos la razón ni el motivo», ha apostillado

Las cámaras lo grabaron a las 9.30 horas saliendo de la estación. Y hasta ahí. Su teléfono ya no volvería a emitir señal y no se encontró una pista solvente sobre su paradero. Una mujer aseguraba haberlo visto caminando por la avenida Kansas City, pero su testimonio no pudo ser refrendado por las cámaras examinadas por la policía, que no detectaron al joven siguiendo ese itinerario.

La Policía Nacional la consideró desde el primer momento una desaparición inquietante porque en el entorno y en la vida de Álvaro Prieto no había, aparentemente, motivo alguno para una fuga voluntaria. Estudiante de ingeniería, tenía una vida ordenada y una familia estructurada. Era un buen estudiante y un atleta físicamente. No había argumentos ni indicios para que hubiese pretendido marcharse de casa, máxime cuando escribió a su madre para informarle de que iba de camino a la parada.


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