El incansable optimismo de Fernando Alonso entre una nube de rumores
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Pese al mal fin de semana de México, el asturiano insiste en llamar a la calma, mientras en el «paddock» suenan campanas de venta en torno a Aston Martin
30 Oct 2023. Actualizado a las 18:11 h.
El GP de México no estaba señalado especialmente por Aston Martin como uno donde pudieran meter mano a sus rivales. Las condiciones del circuito, la situación de las evoluciones del equipo o incluso la propia idiosincrasia de sus pilotos no hacía pensar en algo más que puntuar y ya. Lo que ni mucho menos esperaban era cerrar la participación en el Autódromo Hermanos Rodríguez con un doble abandono, primero de la temporada 2023, y confirmando así el punto más bajo de un año que comenzaron peleando incluso por victorias.
Ni Fernando Alonso ni mucho menos Lance Stroll aspiraban a mucho. Cuando el viernes decidieron no probar con los neumáticos blandos, se veía venir que lo apostaban todo al domingo. Para qué gastar tiempo y recursos en preparar la clasificación, si como mucho aspiraban a una Q2 en el mejor de los casos. Así fue: Alonso salió 13.º (y gracias a una sanción de un piloto que rodó más rápido, Alex Albon, de Williams: ese es el nivel actual de Aston Martin) y Stroll en su habitual zona baja.
Pero el domingo ya hubo un cambio notable. El canadiense decidió salir desde boxes después de cambiar casi todo el coche para volver a una versión anterior, mientras que Alonso decidió que, ante la posibilidad de no puntuar o hacerlo escasamente, al menos merecía la pena probar las nuevas piezas de cara a un eventual camino para el diseño del futuro AMR24. Craso error, porque todo apunta a que han emprendido una senda que solo puede conducir a un punto negro que les haga perder tiempo y dinero para nada.
Oficialmente, el mal rendimiento de Alonso en la carrera del domingo vino porque un trozo del coche de Sergio Pérez que, en su afán de buscar la victoria y no pensar ni siquiera en el podio cumplió su objetivo a medias, porque el podio ni lo olió desde los boxes a los que llegó después de destrozar su carrera embistiendo a Charles Leclerc en la primera curva. La gran pregunta en torno a Aston Martin este fin de semana es qué hubieran logrado sin esos incidentes. Porque Stroll, incluso sin el toque con Bottas que le hizo abandonar, tampoco habría acabado muy por delante de la 14.ª posición en la que rodaba cuando se fue a boxes, ¿pero Alonso?
El español, pese a todo, no lo ve todo negro. Tras la carrera insistió en que este año está «más que finiquitado» y que todas las miradas, esfuerzos y recursos están puestos en el 2024. Además, no se puede decir que haya sido un mal año en contexto. «Lo damos por bueno en el sentido de que nunca pensamos en que íbamos a lograr tantos podios y que íbamos a estar luchando con Ferrari, e incluso con Mercedes, que son coches que han hecho siete u ocho poles en lo que va de año», dijo, sin mencionar a Red Bull que, a la vista está, va tres pasos por delante. Pero igual que Alonso relativiza los problemas que sufrieron durante toda su participación en el GP de México, también admite que hay algo de base que no funciona. No es normal que un coche que estaba para pelear por podios se hunda a los infiernos de Williams, Alfa Romeo o similares. Por eso, Alonso pidió que se estudiara «el bajón que hemos dado en las últimas carreras». Aunque quizá ese solo sea un síntoma de lo que se viene.
¿Aston Martin, a la venta... y Alonso, a casa?
No es la primera vez que suena el río en una sintonía que, para los aficionados de Aston Martin, puede ser un cambio radical. Desde hace meses, se viene rumoreando de que Lawrence Stroll no está dispuesto a seguir gastándose dinero a espuertas en el equipo de fórmula 1. El dueño de Aston Martin es un hombre de negocios y, aunque está muy satisfecho por el rendimiento del equipo (al menos hasta mitad de temporada) es consciente de que se encuentra en un momento crítico para el futuro financiero de la escudería. Si el coche del 2024 no está, al menos, a la altura del que tenían en las primeras carreras que hizo que sus valores en bolsa subieran como la espuma, la inversión realizada puede irse por el desagüe.
En este contexto, en el que además la presencia de Arabia Saudí (Aramco, la petrolera nacional, ya es uno de los principales patrocinadores) supone que puede tener un comprador prácticamente garantizado, hay voces que apuntan a que los Stroll pueden salir en breve del equipo. Lawrence solo perdería su posición de dueño, pero Lance un asiento que solo sostiene su padre. Alonso, en la recta final de su carrera deportiva, también puede verse afectado por esta decisión que, de producirse, no será inmediatamente. Pero la palabra «retirada» ya está sobrevolando el paddock de la F1.