Albania reedita el milagro y vuelve a la Eurocopa ocho años después

En el año 2016, Albania alcanzó el mayor hito de su historia: clasificarse a la Eurocopa. En aquel momento, el técnico italiano Gianni de Biasi fue pieza clave desde el banquillo. Cuando llegó, se encontró en el equipo nacional un mero reflejo del país: pobre, deprimido y sin grandes expectativas a futuro.

De Biasi consiguió pensar más allá. Si algo ha definido la historia reciente del país del águila bicéfala son las migraciones. Millones de albaneses, que huyeron del país durante la dictadura de Enver Hoxha, han creado una gran comunidad en la diáspora, desde Italia a Rumanía, pasando por Kosovo y Croacia.

La gran obra del transalpino fue su amplio estudio genealógico de jugadores con ascendencia albanesa por toda Europa, con el fin de nutrir una selección en horas bajas con talento. Aunque algunos jugadores con ascendencia kosovar (como Milot Rashica) renunciaron al equipo nacional, la generación de albaneses que clasificó al país balcánico a la Eurocopa en el 2016 sentó las bases de las Águilas de la actualidad.

el cuerpo técnico

Acento latino a los mandos de las Águilas

Sylvinho, que en su momento fue jugador del Celta, Barcelona o Manchester City, entre otros, es admirado por los aficionados albaneses tras obrar el milagro de clasificar al país a la segunda Eurocopa de su historia.

El exfutbolista brasileño, que llegó al banquillo de las Águilas en enero del presente año, revolucionó el sistema táctico utilizado previamente. Aunque generalmente forma con un 4-2-3-1 clásico, el enfoque en los jugadores y su trabajo individual favorece que la selección albanesa pueda desplegar su juego en esquemas diferentes. El cuerpo técnico confeccionado por el seleccionador se rige por un patrón común en sus caras más visibles: ambos son excompañeros de Sylvinho y latinoamericanos.

Junto al brasileño, coordinan al combinado albanés Doriva, ex del Celta, y Pablo Zabaleta, que coincidió con el seleccionador en el Manchester City. Su condición de jugadores defensivos (Sylvinho y Zabaleta eran laterales, Doriva, pivote) ha desembocado en un énfasis especial en dicha fase. Paradójicamente, el fútbol del técnico brasileño es propositivo, influenciado por algunos de los entrenadores que han marcado su carrera, como Guardiola, Mancini y Rijkaard.

el equipo

Una selección sin estrellas

En contraposición a otros conjuntos, Albania cuenta con un buen bloque de futbolistas, pero ninguna estrella que sobresalga en exceso por encima del resto. Sin embargo, hay una cantidad notoria de jugadores de las Águilas en las grandes ligas europeas; por ejemplo, Berisha, Djimsiti, Hysaj, Ismajli, Ramadani, Bajrami y Asllani juegan en la Serie A; Strakosha, en la Premier League; otros como Uzuni, Balliu o Bare, en España.

EL Camino

Racha invicta de siete partidos y liderato de grupo

Tras su derrota en la primera jornada ante Polonia (1-0), Albania consiguió remontar el vuelo con cuatro victorias y tres empates para asaltar el liderato del grupo E de clasificación a la Eurocopa. Con sus empates ante Moldavia (1-1) y las Islas Feroe (0-0), el combinado balcánico consiguió el objetivo de clasificar a la cita veraniega del 2024. Encuadrado en el bombo dos, el equipo de las Águilas conocerá sus rivales en el sorteo del próximo dos de diciembre.

Iván Balliu, el español que buceó en su genealogía para descubrir su herencia albanesa

Pese a la distancia, la diáspora albanesa también llegó al territorio español. En el año 2017, Iván Balliu (Caldas de Malavella, Gerona, 1992), entonces jugador del Metz de la liga francesa y con pasado en las categorías inferiores de la selección española, recibió una llamada de la Federación Albanesa de Fútbol (FSHF), interesándose por su eligibilidad para el combinado balcánico.

Ahondando en el sistema de análisis de datos impuesto tiempo atrás por Gianni de Biasi para encontrar jugadores con ascendencia albanesa en la diáspora, la federación dio con Iván Balliu. El jugador gerundense, confundido tras la pregunta del ente federativo del país de las águilas, no conocía un dato fundamental sobre su genealogía: uno de cada mil ciudadanos albaneses portan su mismo apellido.

Tras este acercamiento, Balliu y su familia comenzaron a bucear en su árbol genealógico. Aunque toda su familia es española, Iván encontró en su búsqueda un pequeño hilo que lo conecta con el país balcánico, en forma de pariente lejano. Gracias a la federación, tanto Balliu como su padre consiguieron el pasaporte albanés.

Poco a poco, el ahora lateral del Rayo Vallecano, que apenas conoce algunas palabras en albanés, se ha establecido en el carril diestro de la selección, que ya mira con ilusión a la Eurocopa del 2024.