La sociedad turca Güler-Demiral tumba a Austria (1-2)
Deportes
El combinado otomano se verá las caras con Países Bajos, que derrotó a Rumanía por 0-3, en los cuartos de final de la Eurocopa
02 Jul 2024. Actualizado a las 23:24 h.
La divertida, loca y apasionada Turquía dio la campanada al dejar en la cuneta a la ofensiva Austria bajo el diluvio en Leipzig, sede que despidió de la Eurocopa con una eliminatoria sobre el papel de perfil bajo pero que resultó de las mejores. Un duelo trepidante, entretenido, cambiante, de ritmo alto y esfuerzos intensos, resuelto a base de saques de esquina. Marcó la diferencia la sociedad formada por Arda Güler y Merih Demiral. El madridista tiene un guante en su pie derecho y el central del Al-Ahli saudí un cañón en la cabeza. No fue un ejemplo para mostrar en las escuelas de fútbol sobre cómo defender, sobre todo en las acciones de estrategia, pero benditos errores en este juego tantas veces encorsetado.
Gloria para el italiano Vincenzo Montella, aunque de nuevo retiró en el tramo final a Güler y Yilmaz, sus dos figuras, y palo para Ralf Rangnick, el iluminado que dicen los expertos que mostró el camino Klopp, Tuchel y Nagelsmann. Considerado un gurú alemán que rechazó el banquillo del Bayern de Múnich y dirigió la factoría Red Bull. Cayó justo su selección en Leipzig, club al que condujo a la élite con ese método de presión alta, ritmo endiablado y transiciones fugaces. Turquía repite los cuartos de 2000, y sueña con superar a Países Bajos en Berlín para repetir las semifinales alcanzadas en 2008.
Comenzó la noche marchosa. Sabitzer asustó, pero fue Turquía la que se adelantó en el primer minuto. Güler sacó de esquina muy cerrado y entre dos defensores austríacos y el portero Pentz se liaron tanto que dejaron el balón muerto en el área pequeña para que les fusilase Demiral.
Trataron de reaccionar enseguida los centroeuropeos, que pudieron empatar en otra acción embarullada. Buscó el balón al primer palo por abajo Austria desde la esquina y después de que ningún defensor turco pudiera despejar el balón, el poste evitó el gol. Baumgartner llegó en el segundo palo pero no consiguió rematar e incluso se golpeó con la madera. Demiral salvó bajo palos.
El partido tenía tralla, idas y vueltas. Mejor los turcos hasta el descanso. Su descaro para atacar es conocido, pero también su caos en el repliegue. Esta vez, quizá por adelantarse tan temprano, defendieron mucho más juntitos, por momentos con hasta diez jugadores en 15 metros y esta vez con tres centrales, una medida de Vincenzo Montella inesperada.
El vistoso equipo de Rangnick no encontraba la fórmula para percutir, pero el problema se le agravaba por sus dificultades para defender. Seguramente le sorprendió también Montella al situar a Arda Güler como ariete mentiroso, con plena libertad para moverse en el frente del ataque y recibir también en el centro del campo. Tiene descaro, personalidad, talento y buen golpeo el madridista, como demostró este curso anotando seis goles sin apenas contar para Carlo Ancelotti.
Con solo 19 años, el ídolo turco intentó el gol de la Eurocopa. Vio adelantado a Pentz e intentó sorprenderle desde el centro del campo. Güler se complementa de maravilla con Yilmaz, un extremo del Galatasaray, y sobre todo con Kenan Yildiz, delantero de la Juventus y la otra gran perla del fútbol otomano. Destacado también el lateral Kaliogliu, un incordio en ataque y un jabato en defensa.
Pareja de moda
Rangnick intervino en el descanso, hizo dos cambios ofensivos y cambió el panorama. A los austríacos les comenzó a funcionar mucho mejor la presión, casi hombre a hombre, y así robaron el balón rápido y fueron generando ocasiones. Hasta cuatro llegadas con sumo peligro en apenas seis minutos. Gregoritsch, delantero del Friburgo que le hizo tres de los seis goles de su país a Turquía en un amistoso, fue una gran ayuda en ataque para Arnautovic.
El empate parecía cantado pero, ay amigo, de nuevo otra acción de estrategia disparó a los turcos. Güler puso un centro tenso con ese golpe fantástico que tiene y Demiral, otra vez él, entró de cabeza y no perdonó. El intenso pulso se antojaba resuelto, pero nada más lejos cuando hay un rival tan ofensivo como esta Austria y una selección tan irregular atrás como la turca. Recortó diferencias pronto Gregoritsch, también en un córner. Desajustadísima defensa en zona y dos golpeos de cabeza. Letal. Arreciaba la lluvia y caían objetos. Lamentable. Se cerró la batalla con una parada brutal del heroico de Mert Günok, portero del Besiktas, tras remate a bocajarro de Baumgartner. La estirada y la mano del torneo. Sencillamente brutal.