Antón Paz estrena su palmarés olímpico como entrenador el día de su 48.º cumpleaños
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El último campeón de la clase Tornado en unos Juegos asistirá el domingo a la ceremonia de clausura de la cita de París con sus pupilos neozelandeses bronce en Nacra 17
10 Aug 2024. Actualizado a las 17:30 h.
El jueves, los neozelandeses Micah Wilkinson y Erica Dawson se subieron al podio de la clase Nacra 17 en la mini villa olímpica de Marsella, sede del programa de vela de los Juegos de París, para recoger la medalla de bronce. Tras superar dos primeras malas jornadas, los pupilos de Antón Paz habían logrado remontarles diez puntos a los británicos Gimson y Burnet para llegar empatados a la medal race. Caprichos de la meteorología, la regata decisiva tuvo que ser aplazada un día, al del 48.º cumpleaños del vilagarciano. Un fuera de línea de Gimson y Burnet desenvolvía el regalo deseado por Paz, que de esta forma estrenó su palmarés olímpico como entrenador, y que suma al oro de Pekín como regatista en la edición de despedida de la clase Tornado.
«En los Juegos de Pekín la inauguración había coincidido con mi cumpleaños. Había ese buen feeling. Tras el aplazamiento de la medal me dije ‘A ver si me hacen un buen regalo los chicos'», cuenta Antón todavía desde Marsella, donde se ocupa, entre el viernes y el sábado, de recoger todo el material para mandarlo de vuelta a Nueva Zelanda. Su deseo se hizo realidad, y pasó una jornada entera atendiendo al teléfono: «Fue una doble celebración. Por la mañana no me paraban de llegar felicitaciones por mi cumpleaños, y por la tarde, por el resultado».
Para el arousano lo hecho por sus pupilos ha sido «increíble». No porque creyese que no tenían potencial para el podio, algo que sabía cierto si rendían a su máximo nivel, sino por el hito en su carrera como técnico. «Estoy contento por poder haber ayudado y haber estado al nivel del barco de una potencia como Nueva Zelanda», cuenta.
Sobre su papel no ya en los dos años largos que dedicó a la puesta a punto del Nacra 17 kiwi, desde abril del 2022, sino durante los propio Juegos, Antón señala: «He intentado transmitirles a mis regatistas confianza y tranquilidad. Esa ha sido una de las claves, generar confianza y ayudar con apuntes técnicos muy claros».
Paz está convencido de que el resultado cosechado en Marsella le reportará un buen número de más que interesantes ofertas de trabajo para el próximo ciclo olímpico. «Me posiciona arriba del todo a nivel de entrenadores”, pero ahora, dice, “es el momento de disfrutar lo conseguido». Con su familia, de vuelta a Vilagarcía. Eso sí, después de gozar, este domingo, de la ceremonia de clausura de los Juegos de París. Nuevamente, como en la de apertura sobre el Sena, desde dentro. Solo falta que la meteorología, esta vez la lluvia, vuelva a aliarse para hacerle un último regalo antes de volver a casa.