Luis Suárez y el equipo de todos
Deportes
02 Dec 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Los éxitos de la selección nadan contracorriente. Cuando se pensaba que la jubilación de los Iniesta, Casillas, Xavi y compañía alejaría a España de la pelea por los títulos, va el equipo de todos y gana con Raya, Zubimendi y Dani Olmo, todos buenísimos, pero que pasarían desapercibidos tomando café en la terraza de la cafetería de debajo de nuestras casas.
El documental por capítulos que se acaba de estrenar sobre la cuarta Eurocopa, conquistada el pasado verano, saca punta precisamente al triunfo de un equipo con mayúsculas y sin figuras, donde Morata sueña con poner su foto en el museo de la federación al lado de las de ídolos como Sergio Ramos y Busquets, mientras Lamine Yamal, el chaval que se sacó la ESO en pleno torneo, echa la siesta en el autobús camino de la semifinal contra Francia.
Ni siquiera el seleccionador, ese vendedor de enciclopedias que pulsaba el timbre y cuyo rostro olvidábamos al cerrar la puerta, da una voz más alta que otra en una preparación de los partidos que ultimaba su segundo, Pablo Amo. Se le ha tildado de ejercer un liderazgo silencioso, que rima con miedoso. Si no das titulares, dejas de existir. Pero todos (Amo, De la Fuente, Morata, Olmo, Zubimendi, Raya y los demás) triunfaron en el corte y confección de un equipo inabordable. Un bloque tan competitivo que saltaba al campo después de cantar a coro su lema: «Ganar, ganar y ganar». No tenía un único estandarte, sino muchos. Por eso, cuando un rival le cortocircuitaba en ataque, defendía como un león; y, cuando le daban el balón, endosaba una goleada. La guinda a esa extraordinaria normalidad con que levantó el trofeo llegó con el Balón de Oro de Rodri.
El galardón individual premió al capitán de la selección que logró el mayor éxito del fútbol entendido como juego de equipo. Luis Suárez Miramontes, el arquitecto que armó su leyenda desde el fútbol colectivo, se sentiría orgulloso.