Despedida caliente a la temporada 2024 de fórmula 1
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Las salidas de Sainz en Ferrari y Hamilton en Mercedes, la resolución del Mundial de constructores y el cruce de acusaciones e insultos entre Verstappen y Russell marcan el Gran Premio de Abu Dabi
05 Dec 2024. Actualizado a las 22:16 h.
La temporada con más carreras de la historia de la fórmula 1 echa el telón. El circuito de Yas Marina, donde se han resuelto no pocos campeonatos en su corta historia de menos de dos décadas, albergará el 24º Gran Premio de un 2024 del que Max Verstappen sale de nuevo como campeón, pero con muchas más heridas y sufrimiento que los años anteriores. El neerlandés ha recuperado el aliento desde que en Las Vegas se coronó y menos mal que no se está jugando ya nada, porque podrían saltar más chispas de las que, previsiblemente, van a hacerlo con George Russell.
La sanción que le costó la pole del esprint de Catar aún colea. Russell se quejó a los comisarios de la actitud del tetracampeón, y estos no dudaron en arrebatarle el primer puesto de la carrera corta, lo que a su vez se vio multiplicado por lo que, en palabras de uno y otro, fue un cruce de acusaciones y amenazas que se ha ido de las manos. En las declaraciones ante los medios de comunicación tanto Russell como Verstappen se han quedado bien a gusto tirándose dardos mutuamente, desde lejos y con los periodistas como notarios de sus esputos verbales.
Por un lado, Russell ha acusado a Verstappen de amenazas como que le «estamparía la puta cabeza contra el muro». La réplica del neerlandés fue llamarle «traidor», por desvelar públicamente la conversación con los comisarios y cómo le acusó, según él de manera injusta, de actuar de forma negligente. Tampoco se arrepiente de nada y, de hecho, afirma haberse quedado corto. «Dije todo lo que quería decir. Si tuviera que hacerlo de nuevo, quizá diría aún más. Todavía no puedo creer que alguien pueda actuar de esa manera en la sala de comisarios», señaló Verstappen.
Quién sabe si este es uno de los primeros capítulos de una enemistad deportiva (y personal) declarada, que puede dejar duelos memorables en la pista a partir de 2025, si es que el Red Bull va bien y lo hace también el Mercedes.
Incluso podrían verse afectados otros equipos y pilotos este mismo fin de semana, comenzando por los hombres de McLaren y Ferrari. Los de Woking y los de Maranello se juegan este fin de semana el título de constructores, que es el que determina el reparto de dinero. Proclamarse campeones del mundo para cualquiera de los dos sería acabar con una racha que dura desde 2008 para los italianos y mucho antes para los ingleses, desde 1998, si bien en su caso les quitaron todos los puntos de 2007 por el famoso caso de espionaje industrial precisamente contra los del Cavallino. Los dos equipos llegan con 21 puntos de diferencia a favor de McLaren, con un máximo de 44 en juego. Un fallo de Norris y/o Piastri o de Sainz y/o Leclerc, y la celebración viajará de Italia a Gran Bretaña o viceversa.
Las despedidas
Para varios pilotos será un cierre de una era. Algunos, como Valtteri Bottas, Kevin Magnussen o Guanyu Zhou se despiden de la fórmula 1, forzados por el intenso movimiento del mercado. Quizá en este punto esté también Sergio Pérez, al que Red Bull no sabe cómo quitarse de encima y que, aunque tiene contrato para 2025, se está planteando rendirse a la evidencia de que ya no es ni la sombra de lo que fue y dar un paso a un lado. Y tiene varios lobos a las puertas: Lawson y Tsunoda desde el equipo RB o Colapinto desde Williams aspiran a meter la cuchara para llevarse el premio de su asiento.
Para otros muchos será un cambio de traje. Esteban Ocon ni siquiera podrá despedirse de Alpine como quería, ya que sustituye a Nico Hulkenberg en Haas y el alemán se va a Sauber, el futuro Audi. Como Alpine y Haas están en plena lucha por el sexto puesto del Mundial, Briatore (que a efectos prácticos ya ejerce de jefe) ha apartado al francés para subir al que será su sustituto, Jack Doohan, desde este mismo fin de semana. No vaya a ser que Ocon piense más en el futuro que en su aún equipo.
Pero será lo que pase entre dos candidatos a victoria lo que hará que emerjan algunas lágrimas. Lewis Hamilton disputará su último Gran Premio con Mercedes, el equipo en el que ha forjado su leyenda. Seis de sus siete títulos han sido con la estrella en pecho y los siete con sus motores. Para él será un final muy emocionante y duro, toda vez que, aunque este 2024 ha vuelto a ganar para ellos, no ha estado a la altura de lo que esperaba. Se despide tras doce temporadas con las flechas plateadas para irse a Ferrari. Allí ocupará el lugar de Carlos Sainz, al que tras cuatro años como miembro de la familia del Cavallino Rampante han abierto la puerta para irse. Con cuatro victorias (¿serán cinco?), el madrileño se despedirá de los italianos no sin cierto resquemor por cómo ha ido la relación, pero con la certeza de que ha hecho bien su trabajo. ¿Qué mejor forma de despedirse que un último servicio a Ferrari ayudando a conseguir el Mundial de constructores? Ya habrá tiempo el lunes para pensar en Williams.