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Sublime Basketball, un proyecto que tiende puentes entre Europa y Estados Unidos

Deportes

JOSEMA LOUREIRO REDACCIÓN / LA VOZ

De la mano de Payton Pritchard, campeón de la NBA con los Celtics, y el gallego Pablo Ferreiro, la empresa organizará un campus en julio en Ribadeo

26 Apr 2025. Actualizado a las 05:00 h.

Cuando era apenas un niño que jugaba al baloncesto, Payton Pritchard, criado en Oregón, tuvo en España una experiencia que le cambió la vida. Acostumbrado al estilo técnico imperante en Estados Unidos, Payton se enamoró de otra parte del deporte, la más importante en Europa: la táctica.

Bajo esa premisa nace la idea de Supreme Basketball, el proyecto que el estadounidense lidera junto al exjugador lucense Pablo Ferreiro, al que conoció durante uno de los campus que Payton vivió de niño en Galicia.

Su puesta de largo, el campus que organizará entre el 20 y el 25 de julio en Ribadeo. Será el primero de sus dos campus inaugurales; el otro, que contará con la presencia de Payton Pritchard, tendrá lugar en El Vendrell (Barcelona) entre el 27 de julio y el 1 de agosto.

«Haber estado aquí cuando era muy joven provoca que Payton tenga una visión especial y que esté muy pendiente de lo que pasa en el baloncesto europeo. En los últimos años, figuras como Nikola Jokic y Luka Doncic brillan por su gran lectura táctica y su visión de juego, y Payton quiere que eso forme parte del suyo también. Con eso, surge la oportunidad de que jugadores jóvenes aprendan también ese método», indica José Antonio Sama, gerente de Sublime Basketball.

El «método Sublime», como Sama lo define, trata el aprendizaje del baloncesto mezclando lo mejor de ambos mundos; el dribbling y el uno contra uno de los estadounidenses y el énfasis del trabajo colectivo de los europeos. «Para hacer que este método cale, en cada campus hay dos directores, uno estadounidense y otro español, con experiencia formando jugadores jóvenes», expone.

El gerente de la iniciativa, que confía en que estos dos primeros campus sean un éxito, es ambicioso con la apuesta de cara al futuro: «Somos muy ambiciosos. Queremos empezar por estos dos campus y, si surge la posibilidad de hacer alguno más, sea en España o en otra parte de Europa en la que encontremos socios para desarrollar la idea, estamos abiertos a crear una comunidad».

Afirma, asimismo, que también tienen la intención de que con el tiempo se pueda «hacer el camino inverso y que los jugadores vayan de aquí a Estados Unidos para vivir el intercambio cultural».

Aprender haciendo

La firme apuesta de Sublime Basketball no se queda en entrenar a los jugadores. «La formación de entrenadores creemos que puede ser también una parte muy importante de cómo esto puede evolucionar», sostiene José Antonio Sama, que abre también la puerta a la celebración de campus femeninos. «La involucración de Payton en el proyecto es máxima, así que eso nos anima mucho a todos a querer crecer con esa idea», añade el gerente del proyecto. Desde Sublime Basketball confían en que la experiencia de este verano podría ayudar y servir de aprendizaje para sentar las bases de un proyecto consolidado.

«Casi todos los que estamos involucrados hemos tenido experiencias en campus, en el baloncesto profesional y en la gestión deportiva. Pero, Jota Cuspinera y Josep María Raventós, directores europeos del campus, y Casey Trujeque y Coleman Ayers, directores estadounidenses, tendrán que aprender a conjugar ambas vertientes», sostiene José Antonio Sama.

Admite que, para todos ellos, los campus son una vía perfecta para seguir nutriéndose de cómo se juega al baloncesto en ambos lados del Atlántico: «La mayor riqueza que vamos a sacar es que los estadounidenses se van a empapar de cómo se trabaja aquí la técnica, y, los europeos, de cómo lo hacen en Estados Unidos».

Ferreiro y Pritchard se conocieron en un campus en Lugo

Pablo Ferreiro y Payton Pritchard, principales promotores del proyecto de Sublime Basketball, se conocieron cuando eran niños en un campus en Lugo: el Leyma Basket English Camp. En estas jornadas, con el deporte y la inmersión lingüística como vehículo, coincidían jóvenes jugadores españoles y estadounidenses.

«Lo conocí ahí cuando tenía unos 11 o 12 años y nos entendimos muy bien desde el primer momento. Me decía que, viendo mi forma de jugar, me encantaría ver cómo se entrena y se vive en Estados Unidos el baloncesto, y me invitó a ir», señalaba Ferreiro en una entrevista en La Voz el año pasado, en la que también desveló que compartió los veranos con Payton y su familia hasta que cumplió los 16 años.

Aprovechando la coyuntura, Ferreiro y Pritchard hacían sus primeros pinitos en un proyecto como en el que se han embarcado recientemente: un campus de baloncesto.

«Todos los años nos traíamos jugadores españoles para que entrenasen aquí con técnicos de un nivel increíble. Era alucinante, tanto para ellos como para nosotros. Un día incluso apareció Damian Lillard», recordaba Pablo Ferreiro, que no abandonaba la idea de retomar ese proyecto en el futuro. Dicho y hecho; el factor diferencial, «el peso de contar con un jugador de la talla de Payton».

 


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