Canarias y Baleares, destinos preferidos por los lalinenses
Deza
Las ofertas de última hora y los paquetes «todo incluido», los más solicitados para las vacaciones de este verano
05 Aug 2012. Actualizado a las 07:00 h.
Llega agosto, y con él, calor, arena, sombrillas y pelotas de plástico Nivea, palas de goma que rompen a los dos días y cubos para hacer castillos, tuperwares con ensaladilla, tortilla y croquetas... Aunque la opción para muchos otros pase por esperar hasta septiembre para tomarse un descanso. Porque, según el sector del turismo en la zona de Deza, con la crisis actual esperamos hasta el último momento para aprovechar posibles ofertas, sin pensar demasiado en la posibilidad de quedarnos sin plaza.
Lo que no ha cambiado demasiado en el perfil de los dezanos es al escoger destino vacacional. Canarias y Baleares siguen siendo el lugar preferido para coger fuerzas y volver a la rutina del invierno. Quizás sí se noten cambios a la hora del viaje nupcial, ya que, además del Caribe, se opta también por visitar Nueva York unos cuantos días.
Pese a las leves caídas sufridas a cuentagotas estos últimos cinco años, el sector de gestión del turismo sabe capear el temporal, y ofrece diferentes alternativas teniendo en cuenta las leyes de la oferta y la demanda. Por poner un ejemplo, cuando sucedió la tragedia del Costa Concordia en la costa italiana de Giglio ?en enero de este mismo año?, el coste de los cruceros bajó más de la mitad del precio inicial. Hubo una masiva respuesta de la población que, adelantándose a los acontecimientos, y bajo la premisa de las mejoras en la seguridad y calidad del viaje, se lanzaron a atrapar viajes por el mar a bajo coste. Consecuencia: las agencias no daban abasto. Esto, sumado a la sobreabundancia de plazas existente, ha hecho que «ahora tengas cruceros a bajo coste mirándolos con apenas unas semanas de antelación, cuando antes apenas conseguías plaza con un año vista», explica un trabajador de la agencia Zafiro Tours de Lalín: «Acabamos de enviar un matrimonio por la mitad de lo que les costaría hace tres años con todo incluido».
No obstante, los cambios más significativos pertenecen al gasto que hacemos en el período vacacional, no tanto la afluencia de personas que quieran viajar. Los dezanos prefieren menos días, hoteles más modestos, lujos los justos y pocos regalos para traerse de vuelta. Con un presupuesto cada vez más ajustado, se acude a las agencias de viaje con el único propósito de cambiar de aires, aunque sea menos tiempo, en condiciones no tan ideales y viajando en coche, si es preciso.