«Cada día que comía la empanada de mi madre era un día de fiesta, me ponía a tope»
Deza
José Luis Prada, pregonero de la Empanada
19 Aug 2015. Actualizado a las 05:00 h.
El pregonero de esta edición de la Empanada, José Luis Prada, mostró ayer profesionalidad para esta función como la que atesora en su profesión desde que fundó «Prada A Tope» en el Bierzo. Ayer visitó A Bandeira, a la que le unen vínculos familiares históricos, para conocer pormenores del evento que se celebra este sábado y que va pregonar. «Hace cerca de cincuenta años ya estuve aquí», dice mientras visita el asentamiento de mesas de las peñas. Tiene un recuerdo imborrable: «no olvido que fuimos a misa de mañana aquí en Bandeira y como yo no iba nunca a misa me pareció una cosa muy bonita». Prada creó un imperio maravilloso y es referente en restauración, en tiendas delicatesen, en sus vinos ecológicos y cava (Xanprada). Asegura que cuando empezó en el año 80 montó la Moncloa en Cacabelos «sin saber que dar de comer, porque cocinero no era, pero tenía claro que me gustaba mucho la empanada que hacia mi madre, de cebolla, patatas y algo de carne, que nada tiene que ver con la que se hace aquí, pero cuando comía la empanada, aquel día era fiesta y además me ponía a tope, a tope, me ponía como los sapos, a tope». Y el plato fue referente. «Cuando pongo el restaurante lo primero que servía era empanada y la gente de Cacabelos alucinaba ?mira tu este, poner empanada? porque era algo que comía la gente de pueblo de mala manera. Pero la empanada fue el leitmotiv de funcionar nuestra casa de Cacabelos, la Moncloa, y después también de las franquicias. Era el eje fundamental de todo lo que ibamos dando». Asegura que fue reencontrarse con lo que comía de niño, aprovechar esa sinergia para seguir funcionando sin entrar en la nueva cocina, con todos los respetos. Y ahí estamos», dice Prada que desde la empanada de su madre llegó a construir un imperio.