De furanchos por A Estrada
Deza
En la parroquia de Ribeira conviven dos tabernas de fin de semana que con su sabor rural y su tapeo generoso fidelizan a la clientela
13 Apr 2021. Actualizado a las 05:00 h.
Con la licencia en la mano, ninguno de los dos es oficialmente un furancho. Eso sí, los dos tienen todo el papeleo en regla y el sabor y la dinámica de los furanchos auténticos. Son el Furancho O Rincón y la Taberna Rústica O Piñeiro, dos instituciones asentadas en la parroquia de Santa Mariña de Ribeira (A Estrada) que arrastran a clientes locales y foráneos. Casi más de los segundos que de los primeros.
Como muchos furanchos, O Rincón nació en el 2013 de la necesidad de vender los excedentes de vino de la propiedad familiar, que produce nada menos que 10.000 litros anuales. «Se o vendes por botella pode ser a 1 euro o litro. Se o serves na taberna e o traballas, ao mellor podes sacarlle 6», explica el empresario José Luis Picaño Riveira. «Nós xa tiveramos unha taberna na casa había anos e no 2013 decidímonos a acondicionar un cuberto anexo á casa e abrir un local, co mesmo nome, porque xa nos coñecían como ‘os do Rincón’. Era iso ou cortar as viñas», dice.
Del local se encargan José Luis y su mujer, María José Barreiro, que es la artífice de las exquisitas tapas de tortilla, croca, zorza, raxo o pimientos de Padrón, al estilo casero. «Tentamos traballar con produtos da casa ou da zona. Os chourizos son de aquí de Ribeira, as fresas de Berres... É o que busca o cliente, comida caseira, boas tapas co viño e entorno rural», explica José Luis. Según cuenta, el 80 % de la clientela es de la zona de Santiago. «Cáelle ben a saída da autopista. É unha clientela moi adicta. Unha porcentaxe moi alta agora xa non son clientes, son amigos», asegura.
Algo parecido ocurre en la taberna O Piñeiro, situada en la misma parroquia, justo al pie del Camiño Miñoto Ribeiro. La atienden Pilar Rey, sus hijas Josefina y Mari Carmen Louro y su yerno Javier Carreira.
También en su caso sobraba vino que ofrecer. Pilar Rey regentó durante años una taberna móvil con la recorrió todas las fiestas de la zona. La familia vendió un tiempo el vino por barriles, pero hace cinco años se vio en la misma tesitura que sus vecinos: o seguir cortando viña o abrir un negocio. Fue así como la vieja palleira de la propiedad familiar -una casa de aldea protegida por Patrimonio- se convirtió hace unos cinco años en local rural de moda. El vino de casa, los generosos pinchos con las consumiciones y la cocina casera auténtica son las claves del éxito. El local empezó abriendo solo por temporadas, pero a petición de la clientela acabó ofreciendo servicio permanente todos los meses del año.
Los dos furanchos abren solo los fines de semana y tienen agradables terrazas para tiempos de pandemia. Debido a las restricciones actuales se aconseja reservar mesa: O Piñeiro (665 518 107) y O Rincón (620 855 683).