La Voz de Galicia

Galicia soñó el martes con su tercera aurora boreal

Lalín

Fran Balado La Voz

Auroras espectaculares

Este fenómeno atmosférico, que se produce por la interacción de las partículas solares con las moléculas de la magnetosfera, constituye uno de los grandes reclamos turísticos de países como Suecia o Noruega

05 Nov 2015. Actualizado a las 18:55 h.

En plena Guerra Civil, en la tarde noche del 25 al 26 de enero de 1938, los vecinos de Lalín, muertos de miedo, corrieron a agolparse en la casa del párroco Ramón María Aller. El pueblo estaba aterrorizado mirando al cielo, que se mostraba rojo como nunca lo había hecho hasta entonces. El fin del mundo acechaba. Solo faltaba que empezaran a sonar las siete trompetas del apocalipsis. Pero Ramón María Aller, además de cura, era un erudito apasionado de la astronomía, y en vez de poner en fila a sus inesperados huéspedes para comenzar a concederles la extrema unción, se armó con un bolígrafo y un cuaderno para explicar a sus vecinos lo que era una aurora boreal.

Ramón María García Aller está considerado el padre de la astronomía en Galicia.

Medio siglo más tarde, el 13 de marzo de 1989, el profesor José Ángel Docobo se encontraba en el observatorio de la USC impartiendo clase de astronomía. «Eran alrededor de las diez de la noche y el cielo se puso rojizo hacia el noroeste. En un pimer momento pensamos en un gran incendio en las inmediaciones del monte Pedroso, pero pronto nos dimos cuenta de la extraordinaria actividad solar que había entonces y concluimos que se trataba de la aurora boreal», sostiene Docobo. «Aquella solo se pudo ver desde Galicia. Acababa de pasar un frente que limpió el cielo de la comunidad. Duró sobre tres horas, un tiempo en el que recibimos llamadas de la Guardia Civil de Ortigueira, Padrón y de un montón de sitios. El teléfono no paró de sonar», recuerda el astrónomo. Estas fueron las dos únicas ocasiones documentadas en las que se pudo disfrutar de este fenómeno en España.

José Ángel Docobo, director del observatorio astronómico de la USC.

Las auroras boreales se producen por la interacción de las partículas que emite el sol con las moléculas de la atmósfera. Habitualmente, este fenómeno queda reservado a las zonas más cercanas a los polos magnéticos. Noruega, Suecia o Finlandia las emplean como reclamo para atraer turistas. «En latitudes bajas, como la nuestra, solo se pueden contemplar en épocas de gran actividad solar», argumenta Docobo.

El martes saltó la alarma

El pasado martes saltó una pequeña alarma en Galicia. Diego Cidrás, estudiante de Xeografía de 21 años en la USC, compartía un mapa de una web estadounidense especializada en la predicción según el cual Galicia se encontraba muy, muy próxima a la zona desde donde se podrían contemplar auroras boreales. Diego disfrutó el pasado curso de una beca Erasmus en Noruega, en donde quedó hechizado con la magia de este fenómeno atmosférico. Desde entonces, tiene la costumbre de curiosear previsiones.

Benjamín Montesinos, investigador del Centro de Astrobiología-CSIC, se muestra sorprendido por el mapa que se le hace llegar desde la redacción de La Voz: «¡Caramba! Sí que bajan en latitud», exclama al tiempo que se muestra prudente: «Hay que esperar a ver si la tormenta (solar) sigue activa o no... las predicciones son como las del tiempo en la Tierra, y tienen cierto margen de incertidumbre». Además existe otro problema añadido. «Hay muchas nubes, y como estos fenómenos se forman a más de 80 km de altura, si hay nubes, mal asunto».

Previsión para la pasada madrugada del martes al miércoles

Docobo, tras realizar sus pertinentes consultas, hace hincapié en la inexactitud de esta ciencia, pero admite que las posibilidades de que se puedan contemplar auroras boreales desde Galicia se desinflan con el paso de las horas. «Ahora mismo hay una inusual corriente de partículas. A través del satélite de Soho se aprecian un grupo de manchas solares en la parte central, pero la zona ya no pilla muy cerca. Se queda en Inglaterra. Además, ahora mismo hay borrascas que están entrando por el Noroeste. Aunque esto nunca es un pronóstico al 100 %», recalca Docobo, coincidiendo con la misma idea de su compañero. 


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