Del marisco de mar en Cabo al marisco de cortello en Lalín
Lalín
Una treintena de ávidos comensales disfrutaron de un gran cocido en la capital del Deza
04 Mar 2024. Actualizado a las 17:32 h.
Si Cabo de Cruz es la meca del mejillón, Lalín lo es de otro producto singular de Galicia, el cocido, por lo que no debe resultar extraño que personas residentes en poblaciones distantes a cien kilómetros se entiendan tan bien, ya que saben de qué hablan: de cómo se cosecha un buen bivalvo, de cómo se procesa un buen cerdo; y, lo que es mejor, de cómo se cocinan ambos para disfrute de quienes comparten mesa y celebraciones en las que se exaltan alimentos tan carismáticos y amistades que nacen y prometen perdurar.
Pues con estos criterios se juntaron en la capital del Deza 32 ávidos comensales, en el encuentro de vuelta de un hermanamiento no oficial que tuvo su cita de ida en Cabo de Cruz el pasado diciembre, pero es justo recordar que ya había existido un banquete anterior en la población pontevedresa. Fueron 16 contra 16, o mejor dicho, 16 con 16, porque todos fueron a una: un cocido monumental.
Los barbanzanos tuvieron una primera parada en la carnicería de Javier Faílde, quién los guio por las instalaciones y les explicó el proceso de ahumado y curación de las partes del cerdo que posteriormente iban a degustar en el restaurante A de Antonio: lacones, chorizos, cachuchas, patas, orejas... abrieron el apetito a la delegación de la comarca coruñesa que no defraudó en el mano a mano posterior.
Farrapa, al acordeón
Fueron Alfredo Varela y Manuel Fajardo los encargados del corte oficial de la cachucha que daba por comenzado el pantagruélico cocido con las mejores carnes dezanas. Después de fartar de cocido, a alguno le costó hacer sitio para las filloas y orejas del postre. Con el fin de hacer la digestión más divertida, Mario Farrapa se puso a los mandos de su acordeón tocando animados y conocidos temas. Y, como suele ocurrir en este tipo de citas, todos quedaron emplazados para volver a encontrarse: la próxima vez reinará el marisco de mar de Cabo, al que el marisco de cortello de Lalín le ha puesto un listón tan alto, que o pasan por debajo, o se salen por arriba.