Escolarizar a niños angoleños, la lucha infinita del Padre Abel

Al padre Abel dos Santos le mueve ayudar a los demás, como hicieron en su momento con él; comenta a través del hilo telefónico. Nacido en Angola, criado en un ambiente de pobreza, la generosidad de una española residente actualmente en Madrid; que peina actualmente 93 años le ayudó a estudiar. El sacerdote angoleño, que lleva en el país desde 1982, y es párroco de San Esteban de Kandumbu; un barrio de la periferia de Benguela, escolarizar a los niños e impulsar proyectos que mejoren las condiciones de vida de las mujeres son sus grandes objetivos. Para dar a conocer el trabajo que lleva a cabo mañana estará en el Café Camilo, a las 19 horas, para dar a conocer el proyecto de alfabetización y escolarización que está desarrollando sobre el terreno. «San Esteban de Kandumbu integra 9 zonas pobres en las que solamente el 5 % de la población tiene la vida organizada, los demás viven de lo que pueden sacar cada día», explica el sacerdote.

Los niños son uno de los motores que impulsan al Padre Abel a buscar ayudas en distintos países para lograr su escolarización. Y a Lalín lleva con la ilusión de encontrar madrinas y padrinos dispuestos a colaborar; «es para que los niños sigan estudiando y también necesitamos cinco nuevas aulas que tendrían 175 alumnos por la mañana, otros tanto por las tardes y las madres podrían estudiar allí por las noches», comenta. Pero, ¿cuánto supone apadrinar a un pequeño angoleño? Con 50 euros un niño de Primaria en Angola estudia todo el año, dice el Padre Abel. «Los interesados en apadrinar tienen que quedarse con el nombre del pequeño, comprometerse a ayudarle y la escuela les enviará un informe de la evolución académica del niño», informa. Además, entre los proyectos más inmediatos del sacerdote está conseguir unos 35.000 euros para levantar las cinco nuevas aulas; «yo mismo me encargaré de buscar los albañiles para que sea más económico», razona.

La amistad del Padre Abel dos Santos con el profesor y escritor Xosé Manuel Malheiro impulsó que la presentación de este proyecto se haga en la capital comarcal; «mis amigos, entre ellos Xosé Manuel, conocen la generosidad de la gente de ahí y por eso me llevan a Lalín para que pueda presentarme y provocar la generosidad de los vecinos. Me gustaría que Lalín fuese la referencia de todo este proyecto», afirma.