Las petroleras trasladan por fin la caída del crudo a las gasolinas, que bajan dos céntimos

A finales del mes de abril, el crudo Brent cotizaba cerca de los 27 dólares. El pasado viernes, al cierre del mercado londinense (ayer fue festivo), el precio del barril se situaba ligeramente por encima de los 24 dólares, lo que significa una reducción de más del 10% en el último mes. Sin embargo, las petroleras no trasladaron esta caída a los combustibles hasta finales de la semana pasada, cuando Repsol decidió recortarlos en dos céntimos en algunas gasolineras de Galicia. De hecho, esta rebaja de precios ya la reflejan los datos que maneja el Ministerio de Economía, que sitúan el precio medio de la gasolina sin plomo 95 en las provincias gallegas en 82 céntimos, frente a los 84 de la semana anterior. Según la misma estadística, el coste medio del litro de gasóleo se sitúa en 70 céntimos, el de la gasolina súper en 88 y el de la sin plomo 98 en 90. El Gobierno español quiere aprovechar el mes que le queda de presidencia al frente de la Unión Europea (UE) para dejar encarrilado el debate sobre la armonización fiscal de la energía, un asunto sensible y sobre el que existen enormes disparidades de criteriores entre los Quince, según informa el corresponsal de La Voz de Galicia en Bruselas, Domingos Sampedro. Apertura de mercados Después de conseguir que se fijase un calendario para la apertura de los mercados de la electricidad y el gas, la presidencia española quiere hincarle el diente también al asunto de la fiscalidad, lanzando un paquete de orientaciones sobre la armonización de tasas de la energía y la fijación de tipos mínimos sobre el consumo de carburantes. La presidencia hispana recoge una iniciativa, planteada ya por la comisaria de Energía, Loyola de Palacio, para implantar en la Unión Europea el gasóleo profesional, que estaría gravado con un tipo impositivo inferior al que se establezca para uso particular. La Comisión Europea se encarga en estos momentos de redactar la propuesta de directiva que habrán de aprobar los Quince, pero que podría incorporar la aportación hecha por la presidencia española. Se trataría de establecer una tratamiento fiscal diferenciado para el gasóleo profesional, que estaría gravado con el tipo mínimo de 287 euros por cada 1.000 litros. En caso de que prosperase la medida tal cual, en España se traduciría en una rebaja de un 2,5% del impuesto especial, que ahora es de 294 euros por cada 1.000 litros. Pero España no tendría tanta suerte con la armonización del gasóleo de automoción para uso particular, ya que la presidencia propuso establecer la tasa mínima europea en 302 euros por cada 1.000 litros, ocho euros por encima del tipo que se aplica actualmente en nuestro país. La aplicación de la nueva tasa se traduciría en un aumento de 0,2 euros del precio del litro de gasóleo.