Bush elige al promotor del ataque a Irak para presidir el Banco Mundial
Economía
Paul Wolfowitz había sido hasta ahora el número dos del Pentágono El candidato del presidente forma parte del ala más dura de la Casa Blanca
16 Mar 2005. Actualizado a las 06:00 h.
George W. Bush zanjó ayer semanas de especulaciones al destapar a su candidato para presidir el Banco Mundial, el hasta ahora número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, situado en el ala más dura del Gobierno y uno de los arquitectos jefe de la guerra en Irak. Considerado uno de los halcones más influyentes de Washington, su nombramiento ha desatado ya reacciones en contra entre algunos miembros del Banco Mundial, que consideran que no reúne las condiciones necesarias para liderar la institución, centrada en promover el desarrollo y la reducción de la pobreza. No obstante, se espera que los 24 miembros de su consejo de dirección den su visto bueno en las próximas semanas. «Paul hará un gran trabajo, tiene mucha experiencia. Él ha ayudado a dirigir una gran organización. El Banco Mundial es una gran organización, el Pentágono es otra gran organización», dijo el presidente en rueda de prensa, en la que destacó su pasado como diplomático. «Paul está comprometido con el desarrollo. Es un hombre compasivo y decente», concluyó Bush sobre su candidato, cuyo nombre sonaba ya en las quinielas para reemplazar a James ?Wolfensohn, quien dejará su puesto el próximo 31 de mayo al término de su segundo mandato de cinco años. Bush también tuvo palabras de elogio para él al señalar que dirigió la institución de 184 miembros con «mucha clase y dignidad». Según la tradición, es EE.?UU. el encargado de elegir al presidente del Banco Mundial, mientras que recae en Europa el nombramiento del responsable de su institución hermana, el Fondo Monetario Internacional, al frente del cual está Rodrigo Rato. En un comunicado, Rato indicó que está deseando trabajar a su lado. «Wolfowitz llevará al Banco Mundial un impresionante historial de servicio público con mucha experiencia en asuntos internacionales, sobre todo en Asia y Oriente Medio». Críticas En Greenpeace, por ejemplo, tienen otra opinión. «Estamos muy molestos por la elección. Es un desastre poner el Banco Mundial, que debe impulsar el desarrollo sostenible, en las manos de alguien que claramente pondrá los intereses de EE.?UU. y de la industria del petróleo por delante», señalan. Por su parte, la líder demócrata en el Congreso, Nacy Pelosi, mostró su escepticismo tras conocer la decisión. «Es una elección difícil de entender, que no cuadra con el compromiso y la visión del Banco Mundial». Otros nombres que sonaban eran el de Colin ?Powell, ex secretario de Estado, y el de Carly Fiorina, ex presidenta de Hewlett-Packard.