La Voz de Galicia

El clamor contra Magdalena Álvarez sirve de escudo para que Zapatero no pague el caos

Economía

Enrique Clemente

12 Aug 2007. Actualizado a las 02:00 h.

BARCELONA | El desastre de las infraestructuras en Barcelona puede tener graves consecuencias políticas. Por eso, los partidos estatales y catalanes se echan la culpa unos a otros para no pagar la crisis en las urnas. Los socialistas acusan a los gobiernos de CiU y PP de que no hicieron las inversiones necesarias cuando gobernaban, mientras éstos contratacan contra el tripartito y Zapatero. De momento la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ha acaparado las críticas, dejando a salvo al presidente del Gobierno, que acudió a Barcelona a realizar promesas de inversiones millonarias.

Todos se unen para luchar contra la actual ministra de Fomento. No sólo el PP y CiU, sino también ERC e IU-ICV, socios parlamentarios del Gobierno, pedirán la dimisión de Magdalena Álvarez cuando comparezca el martes en el Congreso. Su visita relámpago el martes pasado a la estación de Sants y el aeropuerto de El Prat no sirvió para pacificar los ánimos, sino para encresparlos aún más. Su petición de paciencia a los damnificados de Renfe cayó como un insulto entre los barceloneses. María Teresa Fernández de la Vega se veía obligada a apagar un nuevo fuego, esta vez desde Buenos Aires, pidiendo disculpas a los ciudadanos por «el deficiente funcionamiento de algunas infraestructuras». El lunes deberán dar explicaciones en el Parlamento catalán los consellers de Política Territorial, Joaquim Nadal, y Economía, Antoni Castells, además de los presidentes de Red Eléctrica, Luis Atienza, y Endesa, Manuel Pizarro.

Zapatero se inunda de promesas y acude al rescate. Días antes del viaje de su ministra, el 2 de agosto, Zapatero había visitado Barcelona, cargado de promesas. Por primera vez un presidente del Gobierno se comprometió a llevar un control personal cada trimestre sobre cómo y a qué ritmo invierte el Estado en Cataluña, para lo que creará una comisión de seguimiento que dependerá de su Oficina Económica. Además, puso fecha a la llegada del AVE a Barcelona (el 21 de diciembre), anunció que adelantará tres años el calendario de la ampliación del aeropuerto de El Prat, con lo que se equiparará a Barajas en el 2012, y no en el 2015 como estaba previsto, y prometió una avalancha de inversiones -hasta 8.000 millones- para mejorar las infraestructuras.

Cataluña, auténtico caladero de votos para las urnas socialistas. Tanto el PP como el PSOE saben que las elecciones generales se juegan en gran medida en Andalucía y Cataluña, caladeros de voto socialista. En las de marzo del 2004 los socialistas sacaron a los populares más de 960.000 votos y 15 diputados en esta comunidad. Mantener esa gran distancia lograda bajo el terrible síndrome de los atentados del 11-M es uno de los grandes objetivos de Zapatero para revalidar su triunfo. El caos de las infraestructuras, en el que se han visto involucrados Fomento e Industria, preocupa mucho a los estrategas de Ferraz. Además, en las últimas citas electorales (referéndum sobre el Estatut y municipales) ha habido una altísima abstención, que se ha interpretado como un voto de castigo a los partidos.

De vacaciones a pesar del mal tiempo. Pese a la gravedad de la crisis el presidente de la Generalitat, José Montilla, está de vacaciones, al igual que su número dos, Josep Lluis Carod-Rovira. También se ha marchado de Barcelona su alcalde, el socialista Jordi Hereru. Estas «huidas» pueden pasar factura.


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