El próximo presidente del BCE trabajó para el banco que tapó la deuda griega
Economía
Draghi tomará en noviembre las riendas de la institución, en su época más convulsa
25 Jun 2011. Actualizado a las 06:00 h.
Era un secreto a voces, un nombramiento que todo el mundo esperaba y que ayer, por fin, se confirmó. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE dieron luz verde al italiano Mario Draghi para asumir las riendas del Banco Central Europeo tras la marcha de Trichet, en noviembre. El nuevo míster euro, de 63 años, ha tenido que sortear muchos obstáculos para llegar vencedor a la meta. El principal, la oposición inicial de Francia. París exigió desde el principio que otro italiano, Lorenzo Bini Smaghi, también miembro del Consejo de Gobierno de la institución, dejara el cargo para no quedarse sin representantes en Fráncfort. Y lo consiguió.
Y, Super-Mario, como se le conoce en sus círculos más cercanos, asumirá esa responsabilidad en tiempos especialmente turbulentos para la eurozona, con tres países rescatados por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI): Irlanda, Portugal y Grecia. Esta última, pendiente, además, de un segundo salvavidas internacional (tras los 110.000 millones aprobados en el 2010) cuya cuantía estará entre los 90.000 y los 120.000 millones de euros.
Y se da la curiosa circunstancia de que entre el 2001 y el 2005, Draghi ocupó el cargo de vicepresidente ejecutivo para Europa de Goldman Sachs, el banco de inversión que ayudó a Grecia a maquillar sus cifras de déficit y deuda, ocultando su verdadera dimensión y burlando las normas presupuestarias de la eurozona.
Aunque, eso sí, tanto el banco de negocios estadounidense como el propio Draghi han negado que estuviera al tanto de esas operaciones. El próximo presidente de la máxima autoridad monetaria europea defiende que las malas prácticas de Goldman Sachs son anteriores a su desembarco en la entidad y que, en cualquier caso, cuando trabajaba allí sus labores eran las de tratar con clientes del banco en el sector privado.