La Voz de Galicia

Chequeo a los postulados de Stiglitz

Economía

enrique clemente madrid / la voz
Los postulados de Stiglitz tienen un fuerte eco en los ambientes políticos y económicos.

Los mayoría de los economistas consultados por La Voz coinciden con la posición central del nobel: las políticas de austeridad a ultranza terminan hundiendo la economía

23 Sep 2012. Actualizado a las 07:00 h.

Economista jefe del Banco Mundial (1997-2000) y premio nobel en el 2001, el estadounidense Joseph Stiglitz (Gary, Indiana, 1943) lleva tiempo alertando de las nefastas consecuencias de las políticas de austeridad a ultranza en Europa, que considera debería poner el foco en el crecimiento y la inversión. Cree «absolutamente equivocados» el diagnóstico y las recetas de Alemania, y advierte de que si España acepta condiciones como las impuestas a Grecia para ser rescatada por el Banco Central Europeo sería un «suicidio». Y aunque no fuera así, «el grave problema que tiene es que no significará su salvación».

Por todo ello, aboga por una alianza de España con Francia, Grecia y Portugal frente a Alemania para convencer a Angela Merkel de que mutualice la deuda y, si no funciona, apuesta por la ruptura del euro ante una depresión a la que no ve salida.

También rechaza la falacia de que un país deba gobernarse como la economía de una familia, ya que si un Gobierno recorta su gasto la demanda total baja, el paro sube, los salarios caen en picado, los ingresos fiscales disminuyen, aumentan los gastos para el desempleo, se reducen los servicios sociales y menguan las posibilidades de que pueda devolver lo que debe. Por ello, los ajustes tampoco satisfacen a los mercados, como se demostró cuando la agencia Fitch rebajó su nota a España tras presentar su plan de austeridad, porque debilita su economía.

El profesor de la Universidad de Columbia es uno de los economistas más prestigiosos y el más citado del mundo y a la vez simpatiza con el movimiento de los indignados del 15-M. Su valía es reconocida incluso por sus adversarios ideológicos más enconados, como el liberal Carlos Rodríguez Braun, que reconoce que «es un economista muy brillante y valioso», pero critica muy duramente sus teorías, que considera completamente erróneas. El máximo representante de la izquierda radical en EE.UU., Noam Chomsky, cree que «merece ser escuchado muy atentamente». En todo caso, como dice José María Gay de Liébana, «es un referencia a tener en cuenta, estés o no de acuerdo con lo que dice».

Cada vez más economistas coinciden con Stiglitz en que los recortes si no van acompañados de políticas que estimulen el crecimiento tienen consecuencias muy negativas para las economías. Así lo estiman de forma mayoritaria los consultados por La Voz, con la única voz discordante de Rodríguez Braun, para quien lo que se está haciendo fundamentalmente es subir los impuestos. Pero también son partidarios de que España pida el rescate al BCE, aunque sin aceptar unas condiciones draconianas a la griega.

Sus últimos consejos

Stiglitz acaba de publicar El precio de la desigualdad, escrito bajo el lema de que «el 1 % de la población tiene lo que el 99 % necesita», en el que analiza las razones de su aumento en EE.UU., donde no se habían visto niveles tan altos desde la Gran Depresión, y su impacto negativo sobre la economía. Considera que el sueño americano es un mito y que los europeos hacen mal en tratar de copiar el modelo del país que ofrece menos igualdad de oportunidades entre los más desarrollados del mundo. «No somos conscientes del enorme precio económico, social y político que estamos pagando por la desigualdad», alerta.


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