Los abusos cometidos durante la crisis inmobiliaria aún persiguen a la banca de Estados Unidos
Economía
Los resultados del cuarto trimestre de Bank of America se vieron mermados por una provisión de 1.100 millones de dólares por el acuerdo alcanzado con la Reserva Federal para zanjar la investigación por los abusos hipotecarios
17 Jan 2013. Actualizado a las 20:35 h.
Pese a que la paulatina mejora del mercado inmobiliario y las condiciones macroeconómicas en Estados Unidos ha impulsado a los grandes bancos de este país, la difusión este jueves de los resultados de Bank of America y Citigroup en 2012 refleja que los abusos cometidos durante la crisis siguen persiguiéndoles.
BofA, relegado a finales de 2011 por JPMorgan Chase al segundo puesto de los mayores bancos estadounidenses, se ha tenido que anotar un cargo de 2.700 millones de dólares antes de impuestos en sus cuentas del cuarto trimestre de 2012 por el acuerdo alcanzado la semana pasada con la entidad hipotecaria semipública Fannie Mae.
El pacto demuestra que el banco, que recibió un rescate de 45.000 millones de dólares tras el estallido de la crisis, sigue lidiando con los problemas legales derivados de las hipotecas basura que heredó con su polémica compra de Countrywide tras el derrumbe de Lehman Brothers en 2008.
Durante la burbuja inmobiliaria, Countrywide concedió miles de préstamos hipotecarios que no cumplían con los estándares necesarios, unos productos tóxicos que después vendió a Fannie Mae como si fueran saludables, ocasionando pérdidas multimillonarias a la hipotecaria semipública.
El acuerdo con Fannie Mae para tratar de pasar página a la pesadilla de las hipotecas basura implica el pago de un total de 3.600 millones de dólares a esa entidad y destinar otros 6.750 millones para recomprarle hipotecas a un precio de descuento.
Abusos en las ejecuciones hipotecarias
Los resultados del cuarto trimestre de Bank of America también se vieron mermados por una provisión de 1.100 millones de dólares por el acuerdo alcanzado la semana pasada por ése y otros nueve bancos con la Reserva Federal de Estados Unidos para zanjar la investigación por los abusos en las ejecuciones hipotecarias.
El pacto es resultado de la polémica de los «robos signatarios», que implicaban la autorización del embargo de una vivienda por personas no cualificadas que no verificaban los documentos que justificaban el desahucio.
Así, el segundo mayor banco de Estados Unidos registró entre octubre y diciembre pasados un beneficio neto de 732 millones de dólares (3 centavos por acción), el 63 % menos que los 1.991 millones (15 centavos por título) que ganó durante los mismos tres meses de 2011.
La facturación del banco, que despidió a un total de 14.600 empleados en el conjunto de 2012 para reducir cortes, se situó en el cuarto trimestre en los 18.660 millones de dólares, el 25 % menos interanual, mientras que las provisiones por pérdidas del crédito fueron de 2.200 millones.
Sin embargo, en el conjunto del ejercicio la entidad financiera triplicó su beneficio neto hasta alcanzar los 4.188 millones de dólares, comparado con los 1.446 millones del año anterior, lo que su consejero delegado, Brian Moynihan, atribuyó al aumento de la concesión de hipotecas y créditos empresariales.
Más complicado ha sido para Citigroup capear los cargos relacionados con los abusos cometidos tras la crisis, que le han supuesto un cargo de 305 millones de dólares como parte del acuerdo por las ejecuciones hipotecarias en el cuarto trimestre, a lo que se suman otros 1.000 millones por el despido de 11.000 empleados.
De esta forma, en el cuarto trimestre el banco ganó 1.196 millones de dólares, el 25 % más interanual, pero menos de lo pronosticado por los analistas, al tiempo que en el conjunto del ejercicio su beneficio fue de 7.540 millones, el 32 % menos que los 11.067 millones de 2011.
Un «mal necesario»
Estos resultados «reflejan un entorno que sigue siendo desafiante (..), así como los costes de dejar atrás los problemas heredados», dijo el consejero delegado del tercer mayor banco de Estados Unidos, Michael Corbat, quien ha puesto en marcha un proceso de reestructuración de la entidad desde que reemplazó a Vikram Pandit en ese puesto.
En todo caso, algunos analistas veían en los decepcionantes resultados de Citigroup un «mal necesario» para que la entidad mejore sus cuentas a lo largo de 2013 gracias al plan de reducción de costes de Corbat, que implica también el cierre de oficinas en Brasil, Hong Kong, Hungría, Corea y Estados Unidos.
La difusión de las cuentas de Bank of America y Citigroup pone fin a los resultados anuales de los grandes bancos de Estados Unidos, que inició el viernes pasado Wells Fargo y siguió este miércoles con JPMorgan Chase y el banco de inversión Goldman Sachs, aunque habrá que esperar hasta mañana para conocer los de Morgan Stanley.