La Voz de Galicia

Juncker presenta un plan para atraer inversiones a su débil economía que supone «el mayor esfuerzo en la historia de la UE»

Economía

EFE

Estará operativo a mediados del 2015 y contará con 21.000 millones de euros como palanca para movilizar quince veces más

26 Nov 2014. Actualizado a las 19:24 h.

El plan de inversiones de 315.000 millones de euros hasta el 2017 supone el «mayor esfuerzo en la historia de Europa» para captar financiación que le permita pasar página tras años de lucha contra la crisis y centrarse en el crecimiento y el empleo, aseguró este miércoles la Comisión Europea (CE). Su presidente, Jean-Claude Juncker, presentó en la Eurocámara su plan de inversiones para los próximos tres años, que contará con 21.000 millones de euros como palanca para movilizar quince veces más, 315.000 millones, a través de un «Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas» que estará operativo a mediados del 2015 y será gestionado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Lo hará a través de una garantía de 16.000 millones de euros procedentes del presupuesto de la Unión Europea (UE) que solo estará provisionada con 8.000 millones, y con 5.000 millones del BEI.

Juncker defendió ante la Eurocámara un plan que definió como «ambicioso pero realista» y recibió el apoyo de los populares, socialdemócratas y liberales, al igual que del presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, y, ya desde Berlín, de la canciller alemana, Angela Merkel. Los Verdes, la Izquierda Unitaria (GUE/NGL), la mayor parte de los No Inscritos y la mayoría de tendencia euroescéptica se expresaron en contra del plan Juncker, mientras que el tercer grupo en número de escaños, los conservadores y reformistas (ECR) se mostró dividido al respecto.

Juncker advirtió del peligro tanto de subestimar como de sobrestimar el plan, pero lo defendió ante los que alegan que esta apuesta personal suya no tiene alcance suficiente ni dinero nuevo. Recordó que los presupuestos nacionales actualmente no dan más de sí y que el comunitario no puede incurrir en déficit, al tiempo que apuntó a que a la vez existe una «abundante liquidez» en el mundo que puede ayudar a Europa a «crecer sin crear deuda nueva». «No vamos a traicionar a nuestros hijos y nietos rellenando nuevos cheques que deberán pagar al final ellos», sostuvo, al tiempo que prometió que las contribuciones de los Estados miembros al nuevo fondo no contarán como déficit.

Los estados miembros, los bancos nacionales públicos -como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en España-, las autoridades regionales e inversores privados podrán participar en el instrumento y así mejorar su potencial. Según Juncker, el plan supone el «mayor esfuerzo en la historia de Europa para movilizar el presupuesto de la UE a fin de activar inversiones adicionales», refiriéndose a los 8.000 millones de euros procedentes del presupuesto comunitario. «Hoy Europa pasa página. Tras años de luchar para restaurar la credibilidad fiscal y promover reformas, añadimos un tercer elemento a un triángulo virtuoso» para completarlo con inversiones, dijo.

El presidente de la CE que presentó su iniciativa como un «regalo de Navidad», recordó que las inversiones han caído un 15 % en la UE desde el 2007, unos 430.000 millones de euros. Juncker respondió a los críticos que invertir en Europa significa más que cifras, proyectos, dinero o reglas, ya que su plan se centra en los ciudadanos europeos, principalmente los desempleados, que suman 24,5 millones en la UE.

Con el plan de inversiones, la CE pretende añadir entre 330.000 millones y 410.000 millones de euros al PIB de la Unión y crear ente 1 millón y 1,3 millones de empleos en los próximos tres años.

El objetivo del plan es financiar proyectos en áreas clave como las infraestructuras de transporte, de banda ancha y de energía, la innovación e investigación, las renovables y la eficiencia energética o la educación, pero sin imponer limitaciones sectoriales o geográficas ni cuotas por Estados miembros. Juncker afirmó que, si el plan tiene éxito, podrá ser prolongado o incluso convertirse en un instrumento «permanente».

El vicepresidente para Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad, Jyrki Katainen, indicó que el grupo de trabajo creado a tal efecto ya ha identificado «más de mil» proyectos, si bien al final será una comisión de inversión del BEI la que valide cada iniciativa que reciba financiación bajo el plan. El presidente del BEI, Werner Hoyer, dijo por su parte ser consciente de que el plan «no es la varita mágica» que solucionará todos los problemas de Europa, pero se suma al plan para el crecimiento y el empleo del 2012 que permitirá movilizar 180.000 millones de euros.

Juncker recordó que el plan se añade a otras medidas e instrumentos ya existentes, como los fondos europeos de inversión y estructurales dotados de 630.000 millones hasta el 2020. El presidente de la CE advirtió que no habrá «listas de deseos nacionales» y pidió a los Estados miembros y a la Eurocámara que no «politicen» el plan, porque «ahora no es el momento para luchas nacionales, políticas o ideológicas, sino para un gran consenso político y social».


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