La Voz de Galicia

De petrodólares a petropeniques

Economía

Mercedes Mora /  redacción / la voz A. B. redacción / la voz

El barril de brent perforó el viernes los 30 dólares, sin visos de una recuperación de precios

17 Jan 2016. Actualizado a las 05:00 h.

Anda el petróleo inmerso en una espiral bajista que parece no tener fin. Solo en diez sesiones, las que van del 2016, el barril de brent se ha abaratado un 22 %. Tanto ha caído, que ha perforado los 30 dólares. El resultado, que han saltado todas las alarmas. En los países productores -en algunos más que en otros- y en las petroleras. A continuación, algunas de las cosas que hay que saber para entender el desplome del oro líquido y la preocupación que genera.

¿Por qué se produce esa caída en picado de las cotizaciones?

Aunque muchos no lo crean, a veces, los movimientos de los mercados son sencillos de entender. Y esta es una de esas ocasiones. Es muy fácil: si hay más oferta que demanda, los precios caen. Y eso es precisamente lo que está pasando, que se está bombeando más crudo del que el mundo necesita.

Y eso ¿por qué? Por varias razones, pero, sobre todo, porque Arabia Saudí no se apea del burro. Se ha embarcado en una cruzada que no parece dispuesta a abandonar: hacer caer los precios para ahogar al enemigo: Estados Unidos y su famoso fracking. Y ¿qué es eso? Una técnica no convencional de extracción de crudo que consiste en perforar pozos e inyectar después decenas de miles de toneladas de agua y productos químicos, con los que romper la roca y liberar el petróleo atrapado en ella. Las empresas que lo practican han proliferado como hongos en los últimos años. Sobre todo, en tierras estadounidenses. De hecho, y gracias a ello, Estados Unidos duplicó su producción entre el 2008 y el 2014, alcanzando los 11,6 millones de barriles diarios. Toda una amenaza para los saudíes.

Al empecinamiento de Arabia Saudí, que se niega a recortar la producción, habría que sumar el bombeo adicional que supondrán el final de las sanciones a Irán y el relanzamiento de la industria en Irak.

Eso por el lado de la oferta. Pero, es que por el de la demanda, tampoco andan las cosas como para tirar cohetes. La economía mundial no acaba de tirar como a todos nos gustaría. Y, claro, su hambre de crudo ya no es la que era. Y eso que en China sigue batiendo récords cada mes, pese a la desaceleración.

¿Piensa la OPEP hacer algo para ponerle freno a la caída?

No están los miembros del cartel lo que se dice a partir un piñón. Arabia Saudí sigue en sus trece. Y eso que la caída en picada del oro negro le está propinando un buen mordisco a sus ingresos. No es para menos, casi tres cuartas partes de lo que ingresa el país se lo proporciona el crudo. Tal está siendo el hachazo, que el 2015 lo han cerrado con un déficit público récord, de 367.000 millones de riyales saudíes (un 89.000 millones de euros), el equivalente al 15 % de su PIB. Y, para intentar amortiguar el golpe, está haciendo un poco de todo, como encarecer la gasolina, meter la tijera al gasto público o emitir deuda.

Mucho peor les van las cosas a otros miembros. Arabia Saudí puede aguantar con estos precios, pero otros como Venezuela o Nigeria no resistirán mucho tiempo, vaticinan los analistas. Por eso presionan para que se haga algo, y que se haga ya. Son partidarios de que se fije fecha para una reunión extraordinaria, como muy tarde, en marzo. Con el agua al cuello, no quieren esperar hasta junio, cuando está fijado el encuentro ordinario.

El tira y afloja ha calentado el ambiente en el seno del cartel. Y la tensión entre Arabia Saudí e Irán -las dos principales economías de Oriente Medio-, que han roto relaciones diplomáticas -con ejecución de un clérigo iraní y ataque a la embajada saudí en Teherán, incluidos- , ha hecho el resto. Resumiendo, que el acuerdo se antoja más que difícil.

¿Cuánto durará esto y hasta dónde puede caer el precio?

A corto plazo, y a tenor del exceso de oferta nadie espera que los precios suban. Y los hay, como los analistas de Morgan Stanley o Goldman Sachs, que ya ven el barril a 20 dólares. Y en un futuro no demasiado lejano. Incluso este mismo año.

Sin embargo, muchos coinciden en que a partir del 2017 las cosas podrían cambiar. Estrecharse la brecha que separa a oferta y demanda a medida que se van agotando campos ahora en explotación y no se abren otros nuevos porque los bajos precios no lo hacen rentable. Siempre, claro, que China no se venga abajo y de repente se apague la sed de crudo de sus empresas y hogares.

España se ahorraría unos 18.000 millones con el barril a 30 dólares

Desde que comenzó a caer el crudo, a mediados del 2014, España se ha ahorrado unos 15.000 millones en sus importaciones, según el cálculo del ministro de Industria. Ahora el barril ronda los 30 dólares. De seguir en ese entorno medio, supondría un regalo para la arcas públicas de unos 18.000 millones en el ejercicio, unos 1.500 millones al mes. La explicación está en los cálculos que el Gobierno realizó para confeccionar los Presupuestos del 2016, en los que tomó como referencia un precio medio de 62,5 euros (68,8 dólares). España importa el 99 % de los productos energéticos que consume, más de 1,3 millones de barriles al día (unos 474 millones al año) y, según los datos publicados esta semana por la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), hasta noviembre importamos la cifra récord de 59.199 toneladas, más que en todo el 2014. Dado que la tonelada se traduce en 7,3 barriles, si cada uno se cotiza a 68,8 dólares, aplicando un tipo de cambio de 1,08 dólares/euro, la factura de la importación para este año frisaría los 30.000 millones. Pero si el precio se mantiene en el entorno de 30 dólares, el ahorro sería demás de la mitad: alrededor de 18.000 millones.. «El impacto es importante, pero se amortigua en parte por la subida del dólar», explica Antonio Gallardo, experto en petróleo del portal iAhorro.com, que añade también que, «si finalmente se llega, como algunos analistas adelantan, a los 20 dólares, el ahorro superaría los 1.900 millones mensuales».


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