Bruselas se pone de perfil en la crisis láctea y cita a los ministros para dentro de un mes
Economía
Niega el fracaso de sus medidas de liberalización, aunque estudia tirar de fondos de emergencia
18 May 2016. Actualizado a las 08:33 h.
La Unión Europea tiene las estadísticas sobre la mano, pero no encuentra soluciones para detener la sangría de precios que sufre el sector lácteo, del que dependen miles de familias en Galicia, comarcas enteras. Al menos, no ve salidas dentro de las sacrosantas políticas de libre mercado, que reducen al mínimo la capacidad de los Estados miembros de intervenir para poner fin a la guerra de precios y de sobreproducción. Los ministros de Agricultura de la UE se reunieron ayer en Bruselas para constatar una vez más que los problemas persisten y que las soluciones y parches propuestos por la Comisión no funcionan para salir del agujero negro. «La situación es muy grave», admitió ayer el comisario de Agricultura, el irlandés Phil Hogan, tras estudiar la radiografía de la crisis país por país.
Un año después del fin de las cuotas y varios paquetes de urgencia depués, la producción de leche sigue inundando los mercados y los precios asfixian a los ganaderos. ¿Qué propone la UE? Seguir por la senda de la liberalización y que cada palo aguante su vela. Al menos hasta el próximo encuentro, el 27 de junio en Luxemburgo, cuando los ministros se verán de nuevo las caras para debatir un segundo paquete de ayudas financieras al sector. Más parches. «Varios países han invocado el uso de la reserva de crisis [fondos europeos extraordinarias al margen de la PAC] y estoy dispuesto a estudiar esa posibilidad», anunció el martes Hogan quien exige, antes de aprobar nuevos desembolsos, que los Gobiernos nacionales transfieran a sus ganaderos el dinero del sobre de 500 millones de euros movilizado el pasado mes de septiembre: «Todavía quedan 195 millones que no se han gastado», advirtió.
España dice que está atendida
La ministra española de Agricultura, Isabel Tejerina, bajó los brazos nada más aterrizar en el Consejo. «Nuestras demandas están atendidas», aseguró poco después de admitir que existe una tendencia de precios a la baja. «Sigue el desajuste y desequilibrio entre oferta y demanda. Hemos aumentado la producción en un 4,3% en relación al mismo mes del año pasado», indicó. A pesar de los evidentes problemas que afrontan los ganaderos españoles, y muy especialmente los gallegos, Tejerina no ejerció ni un ápice de presión a la Comisión para adoptar medidas más drásticas. «No presentó demandas específicas», confirmaron fuentes del Consejo. Sí lo hicieron otras delegaciones como la alemana, instando a liberar la ayuda de emergencia. Francia reclamó flexibilidad para aplicar los acuerdos voluntarios de reducción de la producción a los que se oponen países como Reino Unido. Italia se hizo eco de las protestas de sus ganaderos y denunció ante sus socios que no es una crisis coyuntural, sino estructural.
El Gobierno español espera que el temporal amaine solo y recomienda a los ganaderos gallegos que se organicen: «No se les puede responsabilizar de la situación pero está en sus manos organizarse. Tiene efectos positivos en cuando a fuerza de negociación. Las zonas donde están mejor integrados reciben mejores remuneraciones», explicó Tejerina.
Dinero a cambio de recortar
Francia quiere dinero nuevo para incentivar a sus ganaderos a reducir la producción de leche y así lo hizo saber a sus socios. En ningún país de la UE se ha cerrado todavía un acuerdo para disminuir el flujo. «Hablamos en el seno de la INLAC y cabría la posibilidad de hacer una extensión de norma para esta reducción, es decir, hacer la recaudación de fondos para aplicar esa iniciativa», anunció Tejerina. El acuerdo es muy difícil. Ningún país es capaz de dar el primer paso y tampoco está claro que haya presupuesto. «El comisario tuvo margen en septiembre con los 500 millones, pero ya nos ha dicho que ahora es muy difícil. Hay otras preocupaciones», aclaró.
Galicia pide garantías para que no entre leche foránea si mengua la producción
El sector productor gallego coincide en la necesidad que la reducción de producción responda a un plan comunitario y equilibrado en el conjunto de los países para evitar que quienes se acojan a los incentivos se vean perjudicados por la entrada de leche foránea. «De nada serve que os países deficitarios como é o caso de España fagan retirada da producción e que outros Estados, como por exemplo Irlanda, produzcan un 30 % máis», sostiene Roberto García, secretario xeral de Unións Agrarias.
Los productores ya han defendido en el seno de la Interprofesional Láctea (Inlac), la mesa que agrupa a todo el sector, que cualquier retirada que se acuerde en España debe estar muy equilibrada por comunidades, sin obviar que Galicia es la primera productora del Estado, y ha de ser, además, temporal e indemnizada. Los ganaderos exigen además que existan garantías de que lo que se deja de producir en un Estado deficitario como el español no puede entrar proviniente de otros países. Otras organizaciones como el Sindicato Labrego Galego también exigen medidas para todas las granjas porque las reducciones voluntarias por países carecen de sentido.