La Voz de Galicia

Las claves del milagro portugués: Paro en mínimos, repunte salarial y más consumo

Economía

m. s. d. vigo / la voz las claves del milagro portugués

Portugal puede sacar pecho y presumir de contar con una tasa de paro del 10 %

31 Jul 2017. Actualizado a las 05:00 h.

La recuperación que ha protagonizado la economía portuguesa desde que en el año 2011 pidió el rescate a la UE -78.000 millones de euros-, a cambio de realizar no pocos recortes que han sido duramente criticados y sufridos a partes iguales por su población, han llevado a muchos países del entorno comunitario a hablar de «milagro económico portugués». 

No en vano, Portugal puede sacar pecho y presumir de contar con una tasa de paro del 10 %. Al cierre de junio, estaban inscritas 432.274 personas en los centros de empleo lusos, una cifra que es la más baja registrada desde diciembre del 2008. Y este incremento de la población activa es consecuencia de unas cifras económicas que no hacen otra cosa que ir en ascenso.

En el primer trimestre del año su PIB despuntó un 2,8 %, la mayor tasa interanual desde el año 2007 y las previsiones de su Gobierno apuntan a que cerrará el año con un crecimiento del 1,8 %, en línea con los cálculos que maneja el Fondo Monetario Internacional. Estas buenas cifras han ido acompañadas, además, de un fuerte recorte de su déficit público. En el 2016 se situó en el 2 % y Bruselas prevé que siga contrayéndose hasta el 1,8 %, lo que la ha llevado a sacar al país de su «lista negra de incumplidores del déficit», en la que aún figura España.

En este contexto, el país vecino cuenta con un fuerte elemento de competitividad: su mano de obra más barata, a pesar de que el coste se está incrementando.

El salario medio en Portugal en el 2016 fue de 17.521 euros al año, es decir 1.460 euros al mes, si se hace el cálculo a partir de un supuesto de 12 pagas anuales.

Esto significa que el salario medio ha subido un 1,39 % respecto al año anterior, es decir, 241 euros. Este incremento es mayor que el del IPC registrado en el 2015 que fue del 0,4 %. Por lo tanto, los trabajadores han ganado poder adquisitivo, y eso también repercute en el consumo y el aumento de la demanda interna.


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