Armas Trasmediterránea, el principal cliente del naval gallego, pide el rescate
Economía
En 15 años contrató 10 ferris, el último, de 200 millones, está parado en Barreras
20 Nov 2020. Actualizado a las 05:00 h.
En los últimos 15 años, el grupo naviero Armas, propietario de Trasmediterránea, ha adjudicado a Galicia más de 1.500 millones de euros en pedidos, y millones de horas de carga de trabajo repartidas entre astilleros e industria auxiliar. La pandemia y la caída del tráfico de pasajeros han asestado un duro golpe a sus cuentas, y la compañía canaria, que preside Antonio Armas, se ha visto obligada a presentar una petición formal de rescate ante la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) para negociar una inyección de liquidez con cargo a al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas dotado con 10.000 millones de euros. El grupo reconoce una deuda que supera los 600 millones, aunque asegura encontrarse lejos del preconcurso o concurso de acreedores. Lo cierto es que es el principal operador de transporte entre las islas Canarias y se ha visto gravemente afectado por la caída del turismo. Armas Transmediterránea es la naviera líder en España y una de las compañías más importantes de Europa en el sector del transporte marítimo de pasajeros y carga rodada. Cuenta con una flota de 40 buques con los que opera más de un centenar de conexiones con la Península, Baleares, Ceuta, Melilla, Marruecos y Argelia. Y buena parte de esos barcos llevan impresa la marca Galicia.
Desde el 2003, de Hijos de J. Barreras han salido, prácticamente a buque por año, los ferris más modernos de la compañía: Volcán de Tindaya (2003), Volcán de Tamasite (2004), Volcán de Timanfaya (2005), Volcán de Taburiente (2006), Volcán de Tamadaba (2007), Volcán de Tijarafe (2008), Volcán del Teide (2011) y Volcán de Tinamar (2011). Se trata de buques de pasaje y carga rodada de más de 150 metros de eslora, con capacidad para 500 viajeros, y con un coste medio de 150 millones .En el 2016, Vulcano se hizo con el proyecto del ferri Villa del Teror, para Trasmediterránea, que poco después se integró en Armas. La naviera acaba de venderlo al Gobierno canadiense por más de 100 millones de euros. Ya en el 2018, el grupo encargó a Barreras el que iba a ser su ferri más grande, de 190 metros de eslora. Al año siguiente el astillero entró en preconcurso de acreedores, y el buque de Armas se quedó parado con el 16 % de ejecución del proyecto. Se trata de un pedido de 200 millones de euros que difícilmente saldrá adelante, dada la situación de la naviera y que el astillero está ahora inmerso en los proyectos para The Ritz Carlton. Armas tiene previsto dar orden a sus abogados de Garrigues para ejecutar las garantías de reembolso del pedido fallido (28 millones de euros) a los que se sumarían dos millones de euros más de intereses; además de las deudas con la auxiliares.
La renovación de la flota gallega se congela
La pandemia está generando una crisis mundial de pedidos de nuevos buques, que afecta especialmente a los barcos de pasaje. Pero la incertidumbre económica está provocando también que proyectos en marcha se pospongan, a la espera de que la situación sea más favorable para acometer inversiones.Esto es lo que está ocurriendo con los planes de renovación de la flota puesto en marcha por las principales compañías pesqueras gallegas. En los últimos meses, buques que estaban a punto de entrar en vigor han quedado «congelados» y a la expectativa. Ocurre en el caso del último de los cuatro barcos del plan de renovación de la flota pesquera de Nueva Pescanova que queda por construir en Armón. Lo mismo sucede con el segundo arrastrero de Pescapuerta, gemelo al que se está construyendo en Nodosa, que aguarda en cartera para su entrada en vigor. Y en circunstancias idénticas y a la expectativa se encuentran los nuevos proyectos pesqueros de Pereira, según explican fuentes del sector.