La Xunta acusa al ministerio de permitir el vaciado de cuatro embalses gallegos
Economía
«Isto é impactante», denuncia la conselleira de Medio Ambiente en Belesar
25 Aug 2021. Actualizado a las 05:00 h.
Guerra política a cuenta de la gestión del agua de los ríos gallegos. La Consellería de Medio Ambiente culpa a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, de autorizar y, por tanto, de permitir el vaciado de cuatro embalses gallegos situados en su cuenca a fin de que las empresas que los gestionan aceleren la producción de energía, en un momento de precios máximos de la electricidad en el mercado al por mayor. Se trata de los de Portas y Cenza, de Iberdrola, ambos al 15 % de su capacidad, respectivamente; y Belesar y Salas, de Naturgy, al 27 y al 29 %.
La conselleira de Medio Ambiente, Ánxeles Vázquez, visitó este martes el de Belesar, que embalsa agua del río Miño. «O que vemos é impactante», manifestó. «Nesta zona xa non hai auga encorada», añadió. Vázquez acudió a la cola del embalse, en Portomarín.
La conselleira denunció que la situación de esos pantanos no es normal y que se puede agravar si se cumplen las previsiones de que casi no lloverá ni en septiembre ni en octubre, e instó al presidente de la confederación hidrográfica, Jose Antonio Quiroga, a que explique «por que se autorizou [el vaciado] e que medidas van tomar». Vázquez habló de una «grande irresponsabilidade por parte de quen autorizou esta saída de auga masiva en períodos moi curtos».
La conselleira instó al ministerio a actuar para evitar que el nivel de los embalses siga bajando en la cuenca Miño-Sil, al 45 % de capacidad, la séptima con menos ocupación de España, por detrás de la del Júcar, entre Castilla-La Mancha y Valencia, resaltó.
El ritmo de producción de la central hidráulica de Belesar se empezó a acelerar la primavera pasada; a partir de entonces comenzó a bajar el nivel, según Alberto López, fotógrafo de la redacción de La Voz en Monforte y vecino de la zona. Explica que bajaba tanta agua desde Belesar, que el embalse de Os Peares, río Miño abajo, también de Naturgy, estuvo a rebosar en varias ocasiones, lo que obligó a abrir compuertas para aliviar el caudal.
La Xunta lleva días criticando la gestión de la confederación hidrográfica a cuenta de la gestión de los embalses. El organismo dependiente del ministerio no contesta a las críticas. Hace unos días anunció que abría expedientes informativos para investigar si Iberdrola y Naturgy habían incumplido alguna norma de la concesión. Su presidente habló de un «turbinaje excesivo», aunque para añadir a continuación que, de momento, dentro de la legalidad.
Mientras, el PSOE de Ourense envió un comunicado para denunciar el «brutal valeirado dalgúns dos maiores encoros da provincia de Ourense, que están a executar empresas eléctricas desde hai semanas», pero no para criticar al ministerio o a la confederación, sino al presidente de la Diputación y vicepresidente da Federación Nacional de Asociacións e Municipios con Centrais Hidroeléctricas e Encoros, Manuel Baltar, por su silencio.
El trámite
Cuando un embalse explotado por una empresa concesionaria como Iberdrola reduce el nivel del caudal por debajo del 20 %, debe avisar con un mes de antelación a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. El Ministerio para la Transición Ecológica confirmó que la empresa así lo había comunicado, pero aclaró que «ni la concesión administrativa ni la normativa de seguridad de presas establecen la necesidad de autorización previa por parte del organismo de cuenca para las maniobras ordinarias de los órganos de desagüe de la presa, si bien estas no pueden provocar un deterioro del estado de la calidad del agua ni de las masas de agua en general, estableciéndose condiciones para el caso de avenidas extraordinarias».
Iberdrola defendió su gestión de los embalses explicando que cumplen su función de producir energía para desplazar a las tecnologías más caras (los ciclos combinados, en este caso) en la conformación de los precios mayoristas de la electricidad. Especialmente los de regulación de caudal de toda la cuenca hidrográfica, como es el caso de Portas. Lo mismo ocurre con el de Ricobayo (Zamora), con el que saltó la alarma sobre el proceso de vaciado que estaban experimentado algunos embalses para acelerar la producción hidroeléctrica. Ese tipo de instalaciones «son reservas de energía, que se encuentran a disposición del sistema eléctrico», incidieron hace unos días fuentes de la compañía eléctrica.
El mercado eléctrico vuelve a arder
El precio medio diario de la electricidad en el mercado mayorista se disparará este miércoles un 14,37 % con respecto al día anterior, marcando así el tercer dato diario más caro de su historia, con 116,73 euros por megavatio hora.
Los ciclos combinados marcan precio en la mayor parte de las horas, aunque la hidráulica lo hace en las tres más caras: de 21 a 23 horas.
Con respecto a hace un año, el mercado diario es un 195 % más elevado. Y todo porque se han disparado tanto los derechos de emisión de dióxido de carbono como la cotización internacional del gas natural —sobre todo por este último factor, como puso de manifiesto un informe reciente del Banco de España—, que han encarecido los costes de producción de los ciclos combinados de gas natural.
Por su parte, el Gobierno está «dispuesto» a estudiar todas las propuestas para abaratar el mercado eléctrico y el recibo de la luz, como las presentadas por varios ministros de Unidas Podemos, sabiendo que «hay un objetivo a largo plazo de reforma del sistema y un marco de lucha contra el cambio climático». Así lo avanzó este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez.
Aunque Rodríguez evitó valorar la opción de establecer un precio fijo para la energía nuclear y un máximo para la hidroeléctrica como plantean los socios del PSOE, con el objetivo de abaratar el recibo.
El Ministerio para la Transición Ecológica explicó que evaluaría la viabilidad de la propuesta «con el máximo respeto», ya que adolecía «de un análisis sobre su compatibilidad con la normativa comunitaria».