La lusa Altri será la que gestione la planta gallega de fibras textiles que aspira a ayudas europeas
Economía
Impulsa Galicia calcula que el proyecto exigirá 800 millones de inversión y podrá sostener 1.500 empleos directos
01 Oct 2021. Actualizado a las 19:50 h.
La planta de fibras textiles sostenibles está llamada a «convertir los bosques gallegos, dos millones de hectáreas, en un proyecto tractor nacional para España», anunció en enero el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Eso si llegan las ayudas europeas del Next Generation EU y, con ellas, los 800 millones de euros de inversión que requiere su construcción.
No se sabe ni dónde se ubicará ni quiénes formarán parte de la operación, pero sí se conoce quién explotará el negocio. Se trata de Altri, una empresa portuguesa dedicada a la transformación de papel y energía. Será este rival de la española Ence la encargada de convertir la madera gallega en fibras vegetales con las que se fabricarán nuestras prendas de vestir e impulsar el reciclaje de las mismas, cerrando el círculo de la economía circular.
Lo confirmó este viernes Impulsa Galicia, la sociedad integrada por la Xunta, Abanca, Reganosa y Sogama encargada de la selección, que fue abierta a competidores españoles y extranjeros. Solo cuatro firmas resultaron finalistas. «O líder industrial escollido, que nas seguintes fases explorará alianzas con toda a cadea de valor do sector forestal galego, comprométese a custear o deseño e desenvolvemento da iniciativa ata levala ao momento do investimento», señala la sociedad en un comunicado.
La madera será la materia prima y la viscosa el producto intermedio del que se nutrirán las empresas del textil -sector dominado por Inditex- para poder colgar a sus prendas la etiqueta de sostenibilidad. Habrá para todos porque Altri se ha comprometido a alcanzar una capacidad productiva de hasta 200.000 toneladas de fibra textil.
Empleo
Solo para levantar la planta se necesitarán 1.700 profesionales, según los cálculos de Impulsa Galicia. Aunque la ambición del proyecto permitiría generar hasta 1.500 nuevos empleos directos y más de 6.500 indirectos. No solo la fabricación de la fibra exigirá expertos técnicos u operarios, también a otras empresas de la cadena forestal que alimenten la planta con madera certificada. «O Proxecto está aberto á colaboración de todo o sector forestal galego, pensando especialmente nas pemes e en toda a cadea de valor».
Conflicto con Ence
Desde el primer momento en el que se planteó levantar una factoría de fibras textiles, los ojos tornaron la vista hacia la pastera Ence, envuelta en un conflicto con el Gobierno a costa de la licencia para seguir operando a pie de ría bajo la nueva Ley de Cambio Climático, que le obligaría a cambiar su ubicación. Ante el temor a que la compañía no pudiera continuar con la fabricación de pasta de papel más allá del 2033, la Xunta exigió al Gobierno la inclusión del proyecto de fibras textiles en un Perte (proyecto estratégico para la Recuperación y Transformación Económica). Todavía no ha habido una decisión al respecto.