Europa liberará las reservas de petróleo cuando se produzcan interrupciones del suministro ruso

Los temores ante posibles cortes de suministro energético aumentan en el Viejo Continente a medida que sube de nivel el pulso entre la Unión Europea y Rusia. Los Veintisiete ya trabajan en la puesta en marcha de toda clase de medidas que permitan amortiguar el golpe. Y una de las posibilidades que han puesto sobre la mesa tiene que ver con el petróleo. Cada Estado miembro cuenta con reservas estratégicas de crudo de hasta 90 días, una «despensa» que en los últimos tiempos ha ido, de hecho, aumentando.

Es un sistema que, la misma Comisión Europea, califica de «sólido». Así, Bruselas ha propuesto liberar parte de esas reservas cuando se produzcan interrupciones del suministro petrolífero que llega directamente de Rusia. No es algo nuevo. De hecho, este mecanismo ya se usó durante el huracán Katrina y con la guerra de Libia.

También el suministro de gas se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza. Ayer la comisaria de Energía, Kadri Simson, reconocía que Europa afronta esta crisis en una posición de «clara fragilidad». Y es que el 40 % de su suministro de gas y el 30 % dependen de Moscú. Es crucial, por tanto, que la UE encuentre proveedores alternativos. Actualmente sus principales suministradores son Argelia y Noruega; y la Comisión ya ha tanteado a Estados Unidos, Catar, Egipto o Nigeria, así como a grandes compradores de gas natural licuado como Japón.

El tiempo apremia, ya que la UE cerrará el invierno con las reservas de gas en el 18 %, frente al 30 % que tenía el año pasado a estas alturas. No solo se trata de lograr fuentes de suministro alternativas, sino de mejorar la eficiencia energética.

Cada Estado deberá seguir la recomendación de Bruselas y poner en marcha mecanismos voluntarios de reducción de consumo. Además, las autoridades europeas establecerán medidas a corto y largo plazo para reducir el impacto del coste energético en la factura de la luz.