Alberto Vaquero: «Será difícil dar con una solución a corto plazo para la energía»

La guerra en Ucrania llega en el peor momento posible. Con una sociedad todavía sanando las heridas de la pandemia y con una recuperación aún dando sus primeros pasos, el conflicto traerá consigo una nueva época de vacas flacas. Y Galicia no será una excepción. Familias y empresas tendrán que afrontar un escenario tormentoso para el que no estaban preparados.

—¿Galicia está preparada para asumir las consecuencias del conflicto y de las sanciones?

—Ningún país o región estaba preparado para las consecuencias que está suponiendo esta invasión de Ucrania. Galicia es una región con una alta capacidad exportadora, pero también necesitada de materias primas para producir y deficitaria energéticamente. Además, nuestro tejido industrial también requiere factores que se importan. El problema no son solo los efectos económicos de la guerra, sino también las actuaciones derivadas de las sanciones, y lo peor es que ha venido tras pasar una pandemia mundial, estando en grave peligro la recuperación.

—En caso de que el conflicto se prolongue, ¿qué consecuencias puede acarrear para las empresas gallegas?

—Las consecuencias ya se están notando, puesto que Galicia es una comunidad muy exportadora. El problema es el encarecimiento de los productos alimenticios, en especial los cereales y el aceite. La falta de algunos productos, como el aceite de girasol, está provocando que se limite la compra de este producto por cliente, una imagen que parece recordar los peores momentos de la pandemia, cuando también se limitaba la compra de ciertos bienes.

—¿Y que sucederá con empresas como Inditex, que tienen en Rusia uno de sus mercados más importantes?

—Como es evidente Inditex va a reducir sus niveles de beneficios, pero una multinacional siempre aguanta mejor estos envites. El principal problema son las industrias auxiliares que dependen de la multinacional y que no tienen esa capacidad de aguante.

—La situación que estamos viviendo obliga a revisar el mercado energético. ¿Galicia tiene capacidad para buscar alternativas con la rapidez que exige el contexto actual?

—Galicia tiene una importante capacidad hidráulica, pero son centrales de una generación de energía bastante limitada. Tampoco hay un desarrollo importante de energía solar. Va a ser complicado encontrar una solución a corto plazo para reducir esta dependencia energética.

—La industria se está viendo obligada a parar ante el coste que supone seguir funcionando... Dadas las propias características de nuestro sector secundario, ¿somos más vulnerables que en otros territorios? 

—Galicia necesita de materias primas y energía para que sus industrias, en especial la automoción siga produciendo. Nuestra principal vulnerabilidad es la dependencia que tenemos

—Los expertos ya advierten que casi todos saldremos más pobres de este conflicto...

—La inflación ya venía avisando de que algo estaba pasando con los precios, pero ahora la subida de la energía está haciendo mucho daño a las familias. Es cierto que el invierno se está acabando y esto frena la demanda, pero después del verano comienza el otoño y de nuevo nuestra demanda energética volverá a subir. No es previsible más que una mejora puntual, ante la menor demanda de gas al finalizar el invierno.

—¿Qué importancia tienen países como Ucrania o Rusia en la balanza comercial gallega?

—Solo las ventas de Galicia a Ucrania el año pasado superaron los 100 millones de euros; mientras que nuestras compras a ese país son de cerca de 130 millones. Las importaciones de Rusia, cerca de 300 millones y las exportaciones 120 millones. De las compras a Rusia, 288 millones son en productos energéticos, carbón y petróleo. La dependencia de Ucrania es sobre todo por productos alimenticios.