La Voz de Galicia

Óscar García Maceiras: un directivo que negocia duro y siempre sabe romper el hielo

Economía

Sofía Vázquez Redacción / La Voz consejero delegado de Inditex

Este abogado del Estado coruñés desembarcó hace un año en Inditex y a los ocho meses fue nombrado consejero delegado

29 Mar 2022. Actualizado a las 09:59 h.

Óscar García Maceiras (A Coruña, 30 de octubre de 1975) desembarcó en marzo del año pasado en Inditex como secretario general y del consejo, y ocho meses después fue nombrado consejero delegado. La multinacional eligió como primer ejecutivo a un hombre hecho a sí mismo. Es hijo de Julio García Rosende y de María del Pilar Maceiras Rodríguez. Procede de una familia «normal y trabajadora»: su padre, que empezó a trabajar a los 12 años, a los 19 entró como ordenanza en Caixa Galicia, donde llegó a ser director de sucursal. Por parte paterna, la abuela tenía un puesto de pescados y mariscos en la plaza de San Agustín, y su abuelo era cobrador del tranvía de A Coruña. El abuelo materno era zapatero y también consumero (cobrador de arbitrios y consumos).

 Óscar García Maceiras siempre destacó en los estudios y también en el deporte. Lo hizo en su cole, Calasanz, donde sobresalía en balonmano. Hombre de matrículas de honor y premio extraordinario fin de carrera. Estudió Derecho en la Universidade da Coruña, y ya antes de acabar publicó en una revista de reputado prestigio (Actas de derecho industrial y de derecho de autor) un trabajo calificado por los especialistas de excelente y titulado «La proyección internacional de la marca comunitaria». Es un buen comunicador —hacia el año 1997 tenía la sección «Voces de Solidaridad» en el programa Voz de Tarde, de Radio Voz— y gran experto en la aplicación al derecho de la inteligencia artificial.

Además de dejar a los profesores boquiabiertos por su capacidad para afrontar y resolver los problemas, García Maceiras consiguió enamorar a Pilar Nieto Tejerina, una de sus compañeras de clase y hoy asesora jurídica del Jurado de Expropiaciones de Galicia. Tienen dos hijos (Javier y Helena). Con el chaval —que ahora estudia en EE.UU.— han visto a este «padrazo» en partidos del Dépor y del Atlético de Madrid, sus dos equipos. Es fan del cine de Aaron Sorkin. Podría decirse que no quiere vivir en otro sitio que no sea A Coruña, ciudad elegida a conciencia pese a las oportunidades que tuvo de apostar por otras grandes urbes. Como abogado del Estado —obtuvo la sexta mejor nota de su promoción, un 91,05— se hizo cargo del caso Prestige, donde disfrutó mucho con un trabajo que profesionalmente lo hizo visible. Ocupó el cargo de secretario general del Banco Pastor, y allí demostró «fuerte personalidad y seguridad en sí mismo». En esta entidad llegó a ser secretario del consejo y consejero. Vivió en primera persona toda la reestructuración financiera, y estuvo en el equipo que estudió la fusión del Pastor con otra entidad (hubo al menos cinco candidatos). Al final se eligió al Popular, al que García Maceiras se incorporó. De allí saltó a la Sareb, luego a la dirección del área legal del Santander, para después fichar por la multinacional textil. Todo un recorrido por las alturas.

García Maceiras, al que dicen lo quiso contratar La Caixa, lee muy bien su entorno, las funciones de la gente que le rodea, crea equipo y genera confianza entre sus miembros porque pone a su disposición sus conocimientos. A lo largo de su vida laboral, «democratizó» departamentos jurídicos que estaban anquilosados y en todas las negociaciones lleva los temas milimétricamente preparados. Su seriedad no le impide ser capaz de lanzar un comentario que rompa el hielo tras un día complicado.

De gustos sencillos y con cierta dosis de timidez, le gusta tener en su despacho una pizarra en la que desmenuza cualquier problema y lo hace accesible. Hombre de carácter, no se altera y es implacable en la defensa de sus asuntos. Gestiona, propone, está encima de los temas y los estudia. No tiene afán de notoriedad, es familiar, discreto y tranquilo. Lector empedernido de libros y periódicos, y suscriptor de La Voz —en los aviones se le ve leyendo—, disfrutó de Virtudes (e misterios), obra de Xesús Fraga galardonada con el Premio Nacional de Narrativa 2021. Dicen que no se deja nada en el cajón, por lo que es probable que tenga algún momento para seguir preparando su tesis doctoral sobre derecho internacional público.


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