El Gobierno prevé subir el sueldo de los funcionarios con el IPC a partir del 2023
Economía
El Ejecutivo de Sánchez rebaja el crecimiento de la economía del 7 % al 4,3 % este año
30 Apr 2022. Actualizado a las 17:39 h.
La invasión rusa de Ucrania, sumada a los estragos de una inflación que ha hundido el consumo de los hogares, ha sido la puntilla para la previsión de crecimiento de la economía que el Gobierno aún mantenía en el 7 % este año, pese a que llevaban meses lloviéndole críticas por su exceso de optimismo. Este viernes, por la obligación de remitir a Bruselas la actualización del Programa de Estabilidad 2022-2025 (el plazo expira este sábado), el Ejecutivo presentó la actualización del cuadro macroeconómico para el período, que supone un fuerte recorte sobre sus anteriores estimaciones, ya que rebaja en casi tres puntos (un 2,7 % concretamente) el avance del PIB para este año, dejándolo en el 4,3 %.
De cara a los próximos años, el Ejecutivo prevé un crecimiento del 3,5 % en el 2023; del 2,4 % en el 2024 y del 1,8 % en el 2025, lo que deja el avance medio del PIB en este período en el 2 %, tal y como la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, avanzó en una rueda de prensa conjunta con la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, que desgranó el nuevo escenario fiscal y la senda de consolidación presupuestaria.
El documento remitido a la Comisión Europea también contempla que el sueldo de los empleados públicos subirá conforme a la inflación a partir del próximo año, pero que este 2022 lo hará un 2 %, como se aprobó en los Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio.
De hecho, el presidente del Gobierno descartó que se les fuese a aplicar el IPC este año y planteó que su subida —que tienen que negociar ahora sindicatos y ministerios de Hacienda y Administraciones Públicas— se alineara con la que se negocia en el quinto acuerdo por el empleo y la negociación colectiva (AENC), que sirve de hoja de ruta para la revisión retributiva de la empresa privada.
Pensiones, según la inflación
También las pensiones se revalorizarán según los precios, tal y como confirmó María Jesús Montero, reafirmando la línea que el Ejecutivo defiende frente a las peticiones —cada vez más numerosas— de que, dada la elevadísima inflación y el coste asociado a su revisión con el IPC medio, se suban así solo las prestaciones más bajas.
Pero el programa de estabilidad es claro al respecto y señala que «a partir del 2023 y siguientes se prevé un incremento retributivo de los empleados públicos, así como el de las pensiones en línea con la evolución de precios para todo el período contemplado. Para el resto de los gastos, se mantiene el escenario tendencial antedicho durante el período contemplado».
Asimismo, en el plan nacional de reformas que también se ha remitido al Bruselas, el Ejecutivo reitera su compromiso de avanzar en la reforma de las pensiones, ampliando los años cotizados para calcular la pensión, así como el sistema de cotización de los autónomos y la base máxima para percibir la prestación.
«Máxima prudencia»
Calviño insistió en que las nuevas previsiones del Gobierno están alineadas con las estimaciones del conjunto de organismos nacionales e internacionales, que en las últimas semanas han rebajado sus proyecciones para España este año al entorno de entre el 4,3% (AIReF) y el 4,8% (FMI). De hecho, subrayó que el cálculo del Ejecutivo, inferior al del Banco de España (4,5 %) era «de la máxima prudencia» y «rigor», dada la elevada incertidumbre e inestabilidad que la guerra en Ucrania ha desatado a nivel global.
Pese al hachazo en las expectativas, Calviño aseguró que el crecimiento sigue siendo «fuerte y sostenido», con el empleo y la inversión como principales motores de la recuperación, pese al impacto de la guerra, la pandemia y la huelga del transporte. Insistió en que España crecerá por encima de la media europea y de la mayoría de países desarrollados, poniendo el foco en el «fuerte crecimiento» de la inversión (9,3 %) en este 2022, aunque la construcción «sigue rezagada» (es el único componente del PIB, junto al consumo privado, que aún no ha recuperado el nivel previo a la pandemia).
Calviño reconoció que la fuerte recuperación en la que el sector turístico está inmerso «no compensará», sin embargo, el deterioro del mercado internacional, por el mayor coste de la energía, y las peores perspectivas de crecimiento de los principales mercados de exportación. Matizó que aunque es algo que aún no se percibe, el Gobierno cree que ocurrirá.
El consumo se frena
Asimismo, se constata el frenazo en el consumo, elemento sobre el que se ha asentado la recuperación de los últimos años. Los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman que el gasto de los hogares retrocedió un 3,7 % en el primer trimestre del año, lo que prácticamente estancó el crecimiento de la economía en ese período, cuando avanzó tres décimas frente al 2,2 % del trimestre previo. Pero la subida de los precios —que el Gobierno sitúa este año en torno al 6,1 %— ha pasado factura a los hogares, pese a que la vicepresidenta se mostró confiada en que el «importante ahorro embalsado» de los hogares durante la pandemia sea un «colchón» con el que poder hacer frente a la alta inflación y a la incertidumbre.
Según sus cálculos, el consumo de los hogares debería reactivarse en el segundo trimestre, cerrando en el 3,5 % este año y en el 2,6 % el que viene.
La bajada de los tipos de las nuevas emisiones reducirá un 4,7 % factura de intereses de la deuda
El programa de estabilidad remitido a Bruselas también recoge que la factura de los intereses de la deuda pública se reducirá casi un 5 % este año (un 4,7 %) respecto al pasado «como consecuencia del descenso de los tipos de interés de las nuevas emisiones».
En la rueda prensa de ayer, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció que el Gobierno mantendrá la responsabilidad fiscal y su compromiso con embridar el déficit y la deuda públicas. De hecho, destacó que esperaba que dicha responsabilidad sirva para dar confianza a la Comisión Europea y que no acelere la vuelta a las reglas fiscales suspendidas desde el 2020, sino que las mantenga así también el año próximo. Para ello, el Gobierno se compromete a no tocar su previsión de déficit para este año, que se mantiene en el 5 % del PIB pese a la rebaja de casi tres puntos del crecimiento esperado. Montero explicó que será posible por la «holgura» de la recaudación del 2021.
Aprovechó para acusar al PP de «mentir» cuando le imputa a la inflación la mayor parte del incremento de la recaudación fiscal: «El 80 % se debe al crecimiento económico y al buen comportamiento del empleo». La senda fiscal continuará en el 2023 bajando el déficit al 3,9 % del PIB, al 3,3% en el 2024 y al 2,9 % en el 2025, por debajo del umbral del 3 %, evitando el procedimiento de déficit excesivo.
El paro bajará del 10 % en el 2025 y empleo e inversión serán los motores de la recuperación
Frente a los riesgos y las incertidumbres que complican el horizonte a corto plazo, el Gobierno es optimista con respecto al mercado laboral, que junto con la inversión, cree que funcionará como motor de la recuperación económica.
De hecho, Calviño pronosticó que, una vez recuperado en el 2021 el empleo perdido durante la crisis del covid, se mantendrá la «fuerte» recuperación, para llegar al 2024 en la senda que el país habría tenido en ausencia de la pandemia. Además, el Ejecutivo espera cerrar el 2025 con una tasa de paro inferior al 10 %. Destacó el papel fundamental que en ello juega la reforma laboral recién aprobada, que ha mejorado la calidad del empleo y disparado a tasas históricas los contratos indefinidos.