La inflación se dispara en Galicia hasta el 11,1 %, el tercer peor dato de España

La inflación es un mal endémico en todo el mundo, azuzada por el incremento de la demanda tras la pandemia y el sobrecoste de las materias primas a raíz de la guerra en Ucrania, pero no castiga por igual a todos los territorios. Y si España está peor que la media europea por el mayor bocado que la energía propina al presupuesto familiar respecto a otros países de la UE, la situación es más grave todavía en Galicia, donde el IPC interanual rompió la barrera del 11 % en junio. En concreto, el coste de la vida en la comunidad aumentó un 11,1 % desde el mismo mes del año pasado, lo que supone nueve décimas más que en el conjunto del país (donde la inflación escaló en un 10,2 % en los últimos doce meses) y el tercer peor dato de todas las autonomías. Solo las dos Castillas presentan registros peores (11,6 % en Castilla y León y 12,7 % en Castilla-La Mancha).

Los datos del Instituto Galego de Estatística muestran que lo que más se ha encarecido en el último año en Galicia son los suministros básicos domésticos. Pagar la luz, el gas y el agua cuesta hoy casi un 42 % más que en junio del 2021, un incremento siete puntos superior al de la media de España. Porque aunque las tarifas del gas o la luz sean las mismas en todo el país, no lo es el porcentaje de gasto que dedican las familias gallegas a abonar estos recibos, que es más elevado (entre otras cosas, porque los salarios son sensiblemente más bajos que en otras regiones y, por tanto, una mayor proporción de los ingresos se destina a gastos básicos).

Tras los recibos de los suministros domésticos, los productos que más se han encarecido en la comunidad son los aceites (un 32,5 %), los huevos (31,4) y la leche (20,3). El transporte personal, epígrafe en el que se incluye el gasto en combustible, se queda a dos décimas de marcar una subida interanual del 20 %.

La subida de precios es generalizada en toda la cesta de la compra. Entre los alimentos, hasta aquellos que hasta ahora habían conseguido contener los incrementos, como la carne de cerdo, han corregido al alza sus etiquetas, con un aumento interanual del 3,5 %. Al margen de la comida, destaca el repunte superior al 9 % en los precios de la hostelería, tanto bares y restaurantes como, sobre todo, alojamientos turísticos, que han elevado sus precios más de un 20 % en la primera temporada alta pospandemia.

Asimismo, los muebles se han encarecido cerca de un 9 % en el último año y sube la ropa, más la de hombre (6,1 %) que la de mujer (3,6). Solo la de niños es ahora más barata que en junio del 2021, con una rebaja del 0,4 % coincidiendo con el arranque de la temporada de descuentos estival. Es uno de los tres productos que han bajado de precio en este período, junto con los servicios de comunicación (-0,3 %) y el transporte público urbano, que se ha abaratado un 3,5 %.