Pablo Isla ensalza el liderazgo de Amancio Ortega: «Ahora somos muy amigos»

El próximo mes de abril se cumplirá un año desde que el expresidente de Inditex, Pablo Isla, cedió el testigo de la compañía textil fundada por Amancio Ortega, poniendo el broche a un extenso mandato de 17 años con el que contribuyó a posicionar al grupo como líder mundial del textil, tras multiplicar por seis su valor. Desde entonces, ese cargo lo ocupa la hija del empresario, Marta Ortega.

En una entrevista al Financial Times (FT), el ejecutivo rememora los éxitos cosechados antes de su salida y el especial cariño que aún le profesa a Ortega, a quien ensalza por su liderazgo. Su salida, imprescindible para llevar a buen puerto la transición de poderes dentro de la empresa, no ha cambiado su relación: «Ahora somos muy amigos [...] Es lo más similar a ser una familia sin ser una familia», explica.

También elogia la filosofía de la multinacional que replicó en sus años de mandato: «Para mí, lo que es esencial, es liderar con valores», y entre ellos enumera el compromiso. El mismo que exigió Ortega cuando en el 2005 buscaba un capitán para la empresa y puso como condición, recuerda el FT, que el elegido se trasladara a Galicia, al corazón de Inditex. Por entonces, Isla llevaba las riendas de la tabacalera Altadis. No lo dudó un instante y se embarcó en la compañía. 

Al preguntarle por el secreto del éxito del grupo, no duda en señalar que ha sido la producción local lo que les ha permitido ser más ágiles que la competencia: «Si tienes la tela, puedes enviarla a una fábrica en Galicia o Marruecos y podrías tener en dos semanas la prenda de vuelta en la plataforma logística, para ser vendida», explica. Este es un modelo que han tratado de imitar otras multinacionales textiles, sin el mismo éxito. Y es que alrededor de la mitad de las prendas de Inditex se fabrican en lugares cercanos a sus cuarteles de Arteixo, incluyendo Portugal y Marruecos.