España arrastra un déficit de 70.000 expertos en ciberseguridad

Viven en una situación de alerta permanente. Saben a ciencia cierta que serán atacados y su obsesión es ser capaces de responder con la mayor agilidad para minimizar daños sobre aquello que están encargados de proteger. Son los responsables de la ciberseguridad de empresas o instituciones —los CISO, por sus siglas en inglés—, y, cuando se les pregunta si pueden garantizar el riesgo cero, son rotundos: no.

«Esto cambia continuamente, todo evoluciona a velocidad de vértigo y los malos siempre van por delante de la policía y de los buenos, como en el mundo real. Esto es una carrera de fondo y sin final», resume David González, ingeniero informático que tiene esa responsabilidad en la multinacional ourensana Coren. «Hay que vivir adaptándose constantemente y reaccionar rápido. Lo único que puedes tener es cierta garantía de que tienes las cosas más o menos controladas y sobre todo el cómo recuperarte cuando te den el golpe», añade Román Ramírez, jáquer y fundador de RootedCON, el mayor congreso de seguridad y tecnología de España.

Ambos participaron en la jornada sobre Ciberseguridad en Galicia que se celebró en la Escuela de Ingeniería Informática del Campus de Ourense, coorganizado por la agencia para la modernización tecnológica de Galicia (Amtega) y el colegio profesional que aglutina a los ingenieros informáticos gallegos. En la cita se habló de la actualidad y el futuro de una profesión que no solo tiene pleno empleo, sino un déficit de unos 70.000 profesionales para cubrir la demanda en España. ¿La razón? «No falta talento. Faltan sueldos. Aquí el salario medio está en 29.000 euros, y el más habitual, en 31.000. Hay mucha oferta externa, internacional. Este es un mundo global y ofreciendo esos sueldos no puedes competir», opina Ramírez.

Este experto en detectar fallos en sistemas de seguridad explica que un CISO no es simplemente un técnico experto en cuestiones informáticas. «Tiene que saber de leyes, de finanzas, de psicología y, sobre todo, de riesgo puro y de contramedidas para aconsejar a los comités de dirección. Va a tener que relacionarse con agencias gubernamentales, controlar de geopolítica y de cibercriminales», relata este jáquer que explicó que esa delincuencia está en manos «de cinco mafias que colaboran entre sí». Y, en ese sentido, los participantes insistieron en la necesidad de que, también en la parte «de los buenos», se colabore más para contrarrestarlos.

Otra cuestión que se debatió en esta cita fue el futuro de la inteligencia artificial. «Los malos van a usar la IA, y nosotros también tendremos que hacerlo», dijo Román Rodríguez. «Es imparable. Y no veo posible que volvamos al mundo del papel y el bolígrafo», añadió David González.