La inflación se estabiliza en el 3,5 % en octubre gracias a la bajada de los carburantes

Los precios afrontan el final del año proporcionando un (muy) leve respiro a los bolsillos. Después de que el índice de precios de consumo (IPC) encadenara tres meses consecutivos de ascensos, los presupuestos familiares respirarán un poco en la recta final de este 2023 gracias al frenazo que ha experimentado el encarecimiento generalizado de la vida.

Según el dato adelantado que publicó este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación cerrará octubre estabilizada en el 3,5 % en términos interanuales, es decir, comparando el coste de la vida en la actualidad con lo que costaban las cosas el año pasado.

Y además, el dato supone romper también con algunas de las previsiones que se manejaban, que apuntaban a que la tasa volvería a subir empujada una vez más por el efecto base —en octubre del año pasado, los precios se moderaron de forma importante tras protagonizar varios meses de intensas subidas—. Sin embargo, tal y como explican desde la oficina estadística, el comportamiento que han tenido los alimentos (que han incrementado sus precios con menos intensidad que el año pasado) junto con el descenso de los carburantes han compensado el efecto y han permitido contener las subidas de precios.

Sin embargo, la cifra todavía permanece alejada de la tasa alcanzada en este mes de junio, cuando España lograba situar su inflación en el 1,9 % y situarse por debajo del objetivo marcado por el Banco Central Europeo, que tiene por mandato lograr que el IPC se mantenga en el entorno del 2 %.

Habrá que esperar a ver cómo impacta la guerra de Gaza en el coste de la vida a este lado del mundo. Porque mientras que en la evolución de este mes han tenido gran protagonismo los carburantes —que en octubre moderaron su subida después de encadenar más de cinco meses de alzas— los analistas ya advierten que el petróleo podría volver a repuntar como consecuencia del conflicto. Mientras que los combustibles han mantenido una estela bajista conteniendo la subida, la electricidad ha ejercido el efecto contrario y ha empujado la inflación hacia arriba debido al efecto base: su precio bajó con más intensidad en octubre del año pasado en comparación con el de este.

La subyacente vuelve a llegar cargada de optimismo. Marca su cifra más baja desde junio del 2022 y cierra el décimo mes del año en un 5,2 %. Esta tasa, que excluye en su cómputo la energía y los alimentos frescos, llevaba encaramada en el entorno del 6 % desde hace casi un año. Y esto permite pensar que la estabilización del encarecimiento de la vida empieza ya a vislumbrarse.