Maersk hará en Huelva la mayor planta de metanol de Europa, y mantiene a Galicia a la espera

Hace ya más de un año, a principios de noviembre del 2022, Maersk, la segunda mayor naviera del mundo, anunciaba a bombo y platillo de la mano del presidente Pedro Sánchez una inversión de 10.000 millones de euros en suelo español que incluía la construcción en Galicia y en Andalucía de sendas fábricas de metanol verde, el biocarburante que sustituirá al gasoil que emplean actualmente los cargueros y con el que prevé descarbonizar su flota.

Desde entonces, el proyecto andaluz de los daneses ha dado pasos de gigante, mientras que la mayor de las inversiones planeadas en territorio gallego (en punta Langosteira) ligadas a la descarbonización y a los fondos europeos, desespera a la espera.

Maersk presentó ayer su plan, en alianza con Cepsa, para levantar en Huelva la que será la mayor planta de metanol verde de Europa y una de las cinco más grandes del mundo, en la que invertirán mil millones de euros. El acto estuvo apadrinado nuevamente por Sánchez, esta vez en el marco de la cumbre del clima de Dubái COP28; y en presencia de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera .

La idea del coloso danés del transporte marítimo y la segunda mayor petrolera española es alcanzar una capacidad de producción anual de 300.000 toneladas de metanol verde. Una cantidad que, según Cepsa, evitará la emisión a la atmósfera de un millón de toneladas de CO2.

Demanda creciente

«Vemos una demanda creciente de metanol verde para ayudar a industrias como la marítima, la aviación y la química a alejarse de soluciones energéticas basadas en productos fósiles», explicó Brian Davis, el consejero delegado de C2X, filial de Maersk creada específicamente para el desarrollo de nuevos combustibles y de la que depende el proyecto. La producción de metanol verde tiene su origen en la mezcla de hidrógeno verde y carbono de origen no fósil capturado de la atmósfera o generado a partir de residuos agrícolas y forestales, lo que permite reducir las emisiones de CO2 de sectores de difícil descarbonización. «Trabajaremos con el Gobierno español para desarrollar el marco regulatorio necesario para que este proyecto tenga éxito y pueda ampliarse», avanzó Maarten Wetselaar, consejero delegado de Cepsa.

«Esta inversión está plenamente alineada con la estrategia española de reindustrialización y transición energética. Queremos que el 81 % de nuestra generación de energía proceda de fuentes renovables para 2030. El hidrógeno verde jugará un papel crucial y, gracias a proyectos como este, España se sitúa como referente a nivel mundial», dijo el presidente del Gobierno.

Si se aprueba la inversión, el proyecto supondrá la creación de 2.500 puestos de trabajo directos e indirectos. Además, esta nueva instalación impulsa el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde que Cepsa y sus socios están desarrollando con la ambición de alcanzar una capacidad de producción de hidrógeno verde de 2GW en el 2030. Parte de este hidrógeno verde servirá para alimentar la nueva planta de metanol verde.

La demanda de metanol en el mundo podría triplicarse hasta alcanzar unos 300 millones de toneladas anuales, la mayoría de ellas de metanol verde.

El pasado verano, Maersk solicitó casi medio millón de metros cuadrados de terrenos al Puerto de Huelva, que es donde se instalará la fábrica de combustibles de nueva generación. Sin embargo, los daneses no han hecho todavía una petición de suelo en el puerto exterior coruñés, ni han planteado una reserva de superficie.

Aunque, bien es cierto que entraba dentro de lo esperado que entraba en lo previsto que la primera instalación aprobada fuera la andaluza por cuestión de prioridad logística para el operativo de flota del Mediterráneo y sur de Europa.