La Voz de Galicia

Los jóvenes se quedan sin casa mientras sus padres acumulan propiedades

Economía

j. m. c. madrid / colpisa
Ciudadanos en el escaparate de una inmobiliaria de A Coruña

La brecha de desigualdad se enquistó en plena crisis, según el Banco de España

14 May 2024. Actualizado a las 18:27 h.

Las dos crisis económicas derivadas de la pandemia y la inflación tras la guerra de Ucrania han dejado una sociedad mucho más desigual, con una clara línea divisoria: la de los jóvenes y los hogares con menos posibilidades, frente a la de sus padres y familias con mayor patrimonio. En el primer caso disponen de menos renta y una situación económica agravada por la falta de vivienda. Mientras, en el otro grupo disponen cada vez de más dinero, lo que les sirve incluso para hacerse con una parte del mercado inmobiliario más allá de sus viviendas habituales.

El panorama de la vivienda es uno de los más sombríos que ha mostrado hasta ahora la encuesta financiera de las familias del Banco de España, donde se constata el continuo descenso de hogares propietarios de casas, que pasó de casi un 74 % en el 2020, a un 72 % dos años después.

Aunque el supervisor apunta que hay «caídas generalizadas» en toda la población, destaca cómo la tasa de propiedad de los más jóvenes —los que tienen menos de 35 años— se ha desplomado hasta representar apenas un 31,8 % del total. Es decir, ni siquiera un tercio de los jóvenes disponen de una vivienda propia, cuando hace una década era más de un 60 % de este colectivo el que disponía de alguna casa suya para vivir.

Al mismo tiempo, sus progenitores, o al menos el colectivo de población que supera los 55 años de edad, sí que acumulan en su patrimonio viviendas en propiedad de forma prácticamente general. Así ocurre entre quienes van acercándose a la jubilación o bien ya se encuentran retirados, con un porcentaje de propiedad de viviendas que supera ampliamente el 80 %.

En todos estos movimientos del ladrillo se está dando un cambio especial que afecta a los mayores de 55 años pero con un impacto en el resto de la sociedad. Aunque la vivienda es el principal activo de los españoles, cuyo valor representa más de la mitad de su patrimonio, «va perdiendo peso relativo en favor de otras propiedades inmobiliarias y negocios a medida que aumenta la riqueza neta», según el Banco de España. Es decir, que una parte de la población acumula cada vez más segundas y terceras residencias, además de garajes, solares y otro tipo de activos inmobiliarios.

De hecho, después de la vivienda principal, los dos activos de mayor peso son los constituidos por otras propiedades inmobiliarias (35,7 % de los activos reales), y por los negocios relacionados con actividades por cuenta propia de algún miembro del hogar (10,1 %).

 

Crece la desigualdad

Además, son los hogares con menos recursos los que también van perdiendo la capacidad que antes tenían para acceder a una casa propia. El Banco de España constata que entre las familias con menos ingresos apenas un 55 % se encuentran en esa situación, frente a la media del 72 % del conjunto de España, y a la situación de quienes más dinero tienen, cuyo nivel de propiedad roza el 90 %.

La desigualdad no solo se ha dejado sentir en la propiedad, sino también en el nivel de renta. El informe lo deja claro: se observa en el 2022 «un aumento de la desigualdad con respecto a la distribución de la renta del 2020».

Señala que la renta anual media de los hogares españoles era de 43.100 euros y que la renta mediana —la más habitual, la que más veces se repite— alcanzaba los 32.400 euros.


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