Galicia es la comunidad donde más suben los precios, pese a caer la inflación al 3,1%
Economía
Vivienda y alimentos mitigaron el ritmo alcista de la restauración
13 Aug 2024. Actualizado a las 20:13 h.
Por cuarto mes consecutivo, Galicia ha vuelto a anotarse la inflación más alta de España. El IPC, índice que refleja la variación de los precios de la cesta de la compra, cerró julio en el 3,1% —respecto al mismo mes del 2023—, según los datos divulgados este martes por el Instituto Galego de Estadística (IGE). En ninguna otra comunidad se rebasa a estas alturas el umbral del 3%.
Sin embargo, hay señales para el optimismo: la inflación ha descendido seis décimas respecto a la anotada en junio (3,7 %). A esa ralentización ha contribuido el crecimiento más moderado de los precios de la vivienda, pero también de los alimentos, protagonistas, junto a restaurantes y hoteles, de las mayores presiones alcistas del último año en Galicia. Los precios en estas dos categorías están un 3,2 y un 6% por encima de los que se pagaban en julio del 2023.
La foto fija muestra que, a pesar de aplicar el IVA cero a los alimentos básicos, los gallegos seguimos pagando en julio un 2,7% más que hace un año por la barra de pan, un 6,7% más por las verduras y casi un 23% más por el aceite de oliva, el producto que más se ha encarecido. También ha subido un 4,1% el filete de ternera; un 5% las patatas y un 5,7% el café y el cacao.
La despensa no es la única que pesa en el bolsillo de los gallegos. La cosa sigue complicada cuando se trata de renovar el armario, porque aunque los precios de las prendas de vestir se hundieron un 10,4% respecto a junio, a causa de las rebajas, son 1,4% más caros que hace un año.
Tampoco se salvan las facturas de casa. La del alquiler ha subido un 1,8%, y la de la electricidad y el gas, un 4,3%. También nos resulta más caro desplazarnos con nuestros coches particulares (2,9%) o cambiar ese mismo vehículo por uno nuevo, porque el precio de los turismos ha escalado en la comunidad un 1,9%.
Pero si algo se ha disparado ha sido el coste de irse de vacaciones, un lujo al alcance ya de pocos. Contratar un paquete turístico cuesta un 2,4% más, y debemos estar dispuestos a abonar un 10,6% extra de media por un alojamiento. Hasta salir al bar con los amigos se ha encarecido (5,3%).
No todo son malas noticias para los consumidores gallegos. El precio del pollo ha bajado un 0,5% respecto a hace un año. Lo mismo ha ocurrido con los huevos, aunque apenas han cedido un 0,1. La leche es el alimento que más se ha abaratado, cayendo un 3,8%.
¿Qué ha pasado en el conjunto de España? La inflación, que tanto socava los ahorros de las familias, se enfría más rápido. Ha pasado del 3,4 al 2,8 %. Y a esa caída en julio contribuyeron especialmente la factura de la luz —el precio del megavatio hora se ha desinflado con rapidez, pero sigue estando un 7,4% más caro que hace un año— y los alimentos. Estos últimos han bajado 1,1 puntos, hasta el 3,1%, la tasa más baja en casi tres años, como apuntó este martes el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
No obstante, los precios siguen siendo desorbitados en muchos casos, como el del aceite de oliva, que se ha encarecido un 38,3% respecto a julio del 2023. Lo mismo le ocurre al chocolate (13,7%).
La inflación subyacente —excluye los precios de la energía y los productos frescos— se sitúa ya en el 2,8%, el umbral más bajo desde enero del 2022, antes de la guerra en Ucrania.
Más carne y menos pescado
Aunque la inflación ha bajado el ritmo, sigue haciendo mella en los hogares. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), casi uno de cada cuatro consumidores se ha visto obligado a comprar menos comida y la mayoría (67%) han incorporado más productos en oferta o de marcas blancas.
Sus datos contrastan con los del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que apuntan a que las familias mantuvieron de junio a junio su volumen de compras, con un ligero incremento del 0,1%, gastando un 5,6% más por ellas respecto al mismo mes del 2023. Lejos de apretarse el cinturón, los españoles aumentaron su consumo de carne un 3,5%, desembolsando un 7,4% más —no disfruta del IVA cero—. Bien diferente es el caso del pescado, cuyas compras han caído un 1,8%. Eso sí, se ha pagado un 3,3% más por ellas. Más llamativo fue el recorte de consumo de aceite de oliva (17,3%).
Pese a todo, hemos gastado un 39% más por él. Una tendencia que contrasta con el aumento del de girasol (23%), por el que se ha abonado un 12% menos. Huevos (4,4%), legumbres (2,3%) y azúcar (2,4%) también aumentaron en la cesta de la compra, en contraste con el pan (-2,8% ).
Nueva subida en octubre
Según las previsiones del IGE, los precios en agosto en Galicia estarán un 2,7 % por encima de los del mismo mes de hace un año. Aunque siguen subiendo, se van enfriando poco a poco. Pero ¿por cuánto tiempo? Hay una fecha clave en el calendario: el 1 de octubre. Desde ese día hasta final de año, el IVA de los alimentos básicos (pan, leche, huevos, aceite de oliva, quesos, frutas, verduras, legumbres, patatas y hortalizas) se elevará del 0 al 2%, y el de los aceites de semillas y las pastas alimenticias pasará del 5 al 7,5%. Eso significa que los precios en los lineales de los supermercados volverán a engordar, previsiblemente. Más aún si se tiene en cuenta una segunda fecha clave: el 1 de enero del 2024. Para entonces, el IVA de los alimentos básicos volverá al 4 %. A pesar de las rebajas que han experimentado muchos alimentos, estos acumulan una subida del 38% desde el 2020 en España. Si, por entonces nos gastábamos 200 euros en comprar productos, ahora tenemos que emplear 276 para adquirir exactamente lo mismo.