La Voz de Galicia

Una delegación del Gobierno y Renfe visita una fábrica de Magyar Vagon en Hungría

Economía

Lucas Irigoyen Colpisa

Viajó la semana pasada a a Budapest para inspeccionar una de las plantas del consorcio que quiere comprar Talgo

20 Aug 2024. Actualizado a las 00:02 h.

La semana pasada viajó a Hungría una delegación formada por representantes del Ministerio de Transportes, Renfe y Talgo para visitar una fábrica de DJJ, filial integrada en el grupo de Magyar Vagon, que ha presentado una opa por 617 millones para hacerse con el fabricante español de trenes de alta velocidad.

Según han confirmado fuentes conocedoras de las reuniones a este periódico, el viaje se desarrolló el pasado jueves, 15 de agosto, y durante el viernes, hasta mediodía. Durante esas horas se celebraron varias reuniones y se inspeccionó una de las ocho fábricas que Magyar Vagon plantea integrar en Talgo en el plan industrial presentado al Gobierno de España.

El viaje representa un hito de cierta relevancia porque hasta ahora el Ejecutivo central veía con muchas reticencias la operación. Magyar Vagon cuenta con una importante financiación y el respaldo de la Administración del presidente de Hungría, Viktor Orbán. Un hecho que no lograba suscitar la confianza de Moncloa. Es más, desde el Ministerio de Transportes se había trabajado en una alternativa con la checa Skoda: una fusión que Talgo rechazó a finales de julio.

 Además, en función del decreto anti-opa que está en vigor hasta finales de año, la compra requiere la autorización del Gobierno. Cuestión solicitada por la firma magiar y que el Ejecutivo ha pospuesto hasta noviembre.

Cartera de pedidos

La compañía presidida por Carlos de Palacio y sus principales accionistas -el fondo británico Trilantic, la propia familia fundadora y Juan Abelló- respaldaron la vía de Magyar Vagon como la única fórmula para dar salida a una cartera de pedidos que supera los 4.000 millones y que ahoga al fabricante español.

El grupo húngaro plantea 18 meses para integrar sus ocho fábricas y sus 2.500 empleados con Talgo, reforzando así su capacidad de optar a grandes licitaciones internacionales, incluidas las que están previsto que se abran para la reconstrucción de Ucrania. Un plan industrial que describe una capacidad técnica en sus instalaciones y cuya comprobación era uno de los objetivos principales del viaje de los días 15 y 16 de agosto.

Se trata una expedición que ya se intentó concretar en mayo sin éxito. Desde el Ministerio de Transportes insistieron a este medio que «no hay novedad alguna» y que se trata de una cuestión que requiere «cautela y prudencia».

Por parte del Gobierno acudió el responsable de la secretaría general de Transporte, José Antonio Sebastián, hombre de confianza del ministro Óscar Puente y con una importante trayectoria en la gestión de servicios de transporte. Antes de ese cargo, fue el comisionado para el Corredor del Atlántico. En representación de Renfe, acudieron dos directivos de una de las sociedades del operador público, Ingeniería y Mantenimiento. Fueron el director Javier Bujedo, y el gerente del área de Instalaciones, Eugenio Anubla. Y por parte de Talgo, la directora de operaciones, Elena Moral.

A la tensión entre la empresa y el Ejecutivo generada por esta operación se han añadido en las últimas semanas diferentes problemas con los trenes Avril. Es la última generación de convoyes de alta velocidad y de los que Talgo ha vendido 30 unidades a Renfe. El ministro de Transportes señaló públicamente que han protagonizado medio millar de incidencias desde su puesta en funcionamiento en mayo, por lo que anunció que reclamaría daños económicos.

 


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