China retrasará a partir del 2025 la edad de jubilación
Economía
La ralentización económica y la crisis demográfica amenaza el sistema de pensiones
16 Sep 2024. Actualizado a las 05:00 h.
China eleva la edad de jubilación por primera vez desde la década de los cincuenta. La ralentización económica y la crisis demográfica amenaza el sistema de pensiones y obliga al gobierno chino a ampliar la vida laboral de los trabajadores. El proyecto llevaba años debatiéndose en las instituciones y el viernes el ejecutivo anunció una medida que crea polémica en la sociedad.
La reforma amplia la edad de jubilación de los 50 a los 55 años para las mujeres que hacen un trabajo manual y de los 55 años a los 58 para las trabajadoras de cuello blanco. En el caso de los hombres, la jubilación se retrasa de los 60 a los 63 años. Los cambios entrarán en vigor el 1 de enero de 2025 y se implementarán de forma gradual añadiendo meses paulatinamente hasta completar el proceso en quince años.
También se aumentará el período mínimo de cotización para cobrar pensión hasta los 20 años a partir de 2030, mientras que actualmente solo son necesarios quince años. La norma no permitirá la jubilación antes del plazo legal, pero sí que se podrá retrasar un máximo de tres años.
El gigante asiático se enfrenta a una bomba demográfica que pone en peligro su sistema de pensiones. Se calcula que en la próxima década unos 300 millones de chinos tendrán entre 50 y 60 años y estarán a punto de jubilarse. La Academia China de Ciencias Sociales había alertado que el sistema de pensiones se puede quedar sin fondos en 2035. Especialmente preocupante es la situación de numerosos gobiernos locales que se enfrentan a importantes déficits presupuestarios en materia de pensiones.
China tiene una de las edades de jubilación más tempranas de las economías desarrolladas. Hasta ahora había contado como una de sus ventajas competitivas con su gran masa de trabajadores, pero la política del hijo único ha provocado un cambio en la pirámide laboral. En 2023, por segundo año consecutivo, la población decreció. La caída de la natalidad, unido al aumento de la esperanza de vida ponen en peligro las pensiones. En 1960 los chinos vivían una media de 44 años, mientras que en la actualidad la esperanza de vida es de 78,6 años.
Ralentización de la economía
El cambio legislativo está pensado principalmente para retrasar el pago de las pensiones, ya que la ralentización de la economía ha provocado un aumento del paro y ampliar la vida laboral de los trabajadores no hará bajar la tasa de desempleo.
En las redes sociales la población joven es la más crítica con la reforma. Creen que se seguirá ampliando la edad de jubilación, les tocará trabajar muchos más años que a sus padres y al final no habrá pensiones para ellos.