El 67 % de los gallegos rechazan el coche eléctrico por la mala red de recarga y el precio elevado

El vehículo eléctrico tiene una cuota de mercado en Galicia del 7,1 %, que es la sexta más baja de España, y a tenor del resultado del barómetro, la mayoría de los conductores de la comunidad lo descartan como opción de movilidad. Concretamente, el 66,8 % de los encuestados en el último Barómetro de Sondaxe no comprarían hoy un coche eléctrico, aunque tuvieran que cambiar de vehículo y contaran con disponibilidad económica para hacerlo. La reticencia a esta motorización es igual en hombres y mujeres, aunque es ligeramente menor entre los jóvenes (de 18 a 29 años), mientras que aumenta a medida que avanza la edad de los encuestados.

Solo el 21,3 % de las personas consultadas aseguran estar dispuestas a comprar un eléctrico, mientras que el 11,9 % manifiestan no saber qué hacer. Por número de habitantes, el rechazo a la electromovilidad es mayor en las zonas menos pobladas, y encuentra su mayor aceptación en las ciudades de entre 10.000 y 50.000 habitantes.

Sobre los motivos por los que descartan comprar un modelo eléctrico, la mayoría de los encuestados por Sondaxe lo tienen claro: el 76,6 % consideran que la red de puntos de recarga es mala e insuficiente. De hecho, solo el 7,5 % de los preguntados creen que Galicia cuenta con una buena infraestructura de recarga, mientras un 15,9 % declaran desconocerlo. Galicia cuenta en estos momentos con 1.365 puntos de abastecimiento públicos para coches eléctricos, una cantidad claramente insuficiente según el barómetro de electromovilidad actualizado hasta septiembre del 2024 por la patronal española de fabricantes de coches (Anfac), que sitúa a Galicia en el quinto puesto por la cola del ránking de comunidades de su indicador de infraestructura de recarga.

Hay más razones por las que la mayoría de los encuestados no contemplan la opción de comprar un coche eléctrico: el 17, 8 % manifiestan un rechazo al cambio y también desconocimiento tecnológico; un 17,7 % consideran que hacen falta ayudas económicas, porque el precio de estos coches —motivo que alegan el 10 % de los consultados para no comprar un eléctrico—, todavía es más elevado el de los de combustión, a pesar de la tendencia a abaratarse por la presión que ya están ejerciendo en el mercado las marcas chinas. La baja autonomía de las baterías solo es motivo de rechazo para un 2 %.